La actividad física de fuerza no solo es esencial para el desarrollo muscular, también impulsa la pérdida de tejido graso de manera efectiva. Según la Fundación Española del Corazón (FEC), realizar una sola sesión semanal de entrenamiento de fuerza puede generar mejoras notables en la salud general. Al trabajar los músculos, se incrementa el gasto energético incluso en reposo, lo que facilita la quema de calorías y promueve una composición corporal más saludable.
¿Por qué sumar ejercicios de fuerza a tu rutina diaria?
Especialistas en fitness coinciden en que incorporar fuerza a la rutina habitual resulta fundamental para transformar el cuerpo de forma segura y sostenible. A diferencia del ejercicio exclusivamente cardiovascular, la fuerza permite mantener el músculo mientras se reduce grasa, lo que se traduce en un metabolismo más eficiente. Además, este tipo de entrenamiento refuerza articulaciones, mejora el equilibrio y reduce el riesgo de lesiones. En lo emocional, también aporta: el movimiento estimula la producción de endorfinas, lo que ayuda a controlar el estrés.
¿Cuáles son los mejores ejercicios de fuerza para perder grasa y ganar músculo?
Existen movimientos que no solo activan grupos musculares importantes, sino que también estimulan la quema calórica. Aquí los más recomendados, según expertos:
- Lagartijas y step-ups: Ambos trabajan pecho, brazos y piernas de forma conjunta. No requieren equipamiento, por lo que pueden realizarse en casa o al aire libre. Variar ángulos o superficies permite ajustar la dificultad.
- Curls de bíceps y pulldowns de tríceps: Aunque se enfoquen en brazos, son clave para lograr simetría muscular. Estos ejercicios ayudan a fortalecer zonas que suelen pasar desapercibidas en entrenamientos generales.
- Burpees, sentadillas divididas y desplantes con salto: Estos ejercicios combinan fuerza con resistencia, elevando el ritmo cardíaco y activando piernas, abdomen y glúteos. Resultan ideales para quienes buscan intensidad.
- Planchas: Recomendadas por la Universidad de Harvard por su efectividad en el trabajo del core, tonifican el abdomen, mejoran la postura y favorecen el rendimiento en otros ejercicios. Además, fortalecen la zona lumbar y estabilizan el cuerpo.

La lagartija trabaja pecho, brazos y piernas de forma conjunta.
¿Cómo impactan estos ejercicios en tu cuerpo a largo plazo?
Al mantener constancia en la práctica de estos movimientos, se produce una mejora general en la condición física. Los músculos se fortalecen, la postura se corrige y el equilibrio corporal aumenta. Estos beneficios, combinados con una dieta balanceada, permiten mantener un peso estable sin necesidad de recurrir a restricciones extremas. Además, trabajar la fuerza favorece una respiración más consciente y profunda, lo que impacta positivamente en la capacidad pulmonar y en la energía diaria.

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¿Qué recomiendan los expertos para empezar con esta rutina?
Antes de lanzarse a una nueva rutina, conviene evaluar el nivel de condición física actual. Comenzar con repeticiones moderadas, prestar atención a la técnica y escuchar al cuerpo permite progresar sin sobrecargas. Contar con la guía de un entrenador certificado o seguir recomendaciones confiables puede marcar la diferencia entre un avance seguro y una lesión evitable.