El agua de linaza, elaborada a partir de las semillas de lino, es una bebida natural que está ganando popularidad por su alto valor nutricional y sus múltiples beneficios para la salud. Su preparación es sencilla, pero sus efectos pueden ser múltiples si se incorpora con regularidad en la dieta diaria.
Beneficios del agua de linaza
Una de las características más destacadas de esta bebida es su alto contenido de mucílagos, una sustancia viscosa que se libera al remojar las semillas. Este gel espeso tiene efectos muy positivos en el sistema digestivo, ya que lubrica y protege el revestimiento del tracto intestinal, facilitando una digestión más suave.
Además, la linaza es una excelente fuente vegetal de ácidos grasos omega-3, reconocidos por sus propiedades antiinflamatorias y su capacidad para mejorar la salud cardiovascular.
La linaza también contiene compuestos antioxidantes como lignanos y flavonoides. Estos ayudan a combatir los radicales libres, reduciendo el daño celular y contribuyendo a prevenir enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento o el estrés oxidativo.
Por otro lado, gracias a su alto contenido de fibra soluble, el agua de linaza puede regular el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento. Es especialmente útil en casos de trastornos digestivos como el síndrome del intestino irritable.
¿Cómo se prepara el agua de linaza?
La preparación es muy fácil. Solo necesitas remojar una cucharada de semillas de linaza en un vaso de agua durante varias horas o toda la noche. Al hacerlo, el agua adquiere una textura gelatinosa gracias a los mucílagos.
Una vez listo, cuela las semillas y bebe el líquido. Se recomienda tomarla en ayunas o entre comidas, de 2 a 3 tazas al día, para aprovechar al máximo sus propiedades digestivas y antiinflamatorias.














