Cuando llega el frío, muchas personas reducen o incluso abandonan la actividad física, pensando que el invierno no es el mejor momento para moverse. Sin embargo, entrenar en esta época del año puede tener ventajas únicas: el cuerpo activa mecanismos naturales para mantenerse caliente, lo que se traduce en un mayor gasto calórico.

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El cuerpo, al enfrentarse a temperaturas más bajas, necesita trabajar más para conservar el calor, lo que incrementa el consumo de energía. Esta reacción, conocida como termogénesis, no reemplaza la actividad física, pero sí puede complementarla de forma efectiva. Por eso, entrenar en invierno no solo es posible, sino que puede ser aún más provechoso que en otras estaciones.
Cómo afecta el frío al metabolismo y la quema de calorías
El ejercicio en clima frío obliga al cuerpo a adaptarse y generar calor, un proceso que consume energía adicional. Esto significa que al realizar actividad física al aire libre o en espacios con temperaturas más bajas, es posible quemar calorías en invierno de forma más eficiente. Aunque el incremento calórico no es extremo, se estima entre 50 y 100 calorías extras por sesión, cada aporte suma cuando se mantiene una rutina constante.

El frío activa mecanismos naturales del cuerpo que pueden aumentar el gasto calórico.
Sergio Pérez, jefe del departamento técnico de Smart Fit, explica que “cuando el cuerpo se expone al frío de forma controlada, necesita consumir más energía para mantenerse caliente, lo que incrementa naturalmente el gasto calórico”. Sin embargo, aclara que este aumento es modesto y variable, ya que factores como el uso de ropa térmica o calefacción pueden reducir el efecto.
“El frío puede ser un estímulo adicional, pero si no hay movimiento, no hay quema significativa. La clave está en entrenar bien y mantener el cuerpo activo para que ese pequeño empujón climático se sume al esfuerzo físico”, señala Pérez.
Consejos para entrenar en invierno de forma saludable

Entrenar en invierno, con la ropa y el calentamiento adecuados, puede ser muy beneficioso.
Para aprovechar los beneficios del entrenamiento en invierno, es fundamental adaptar la rutina. Primero, se recomienda realizar un calentamiento más extenso, de al menos 10 a 15 minutos, con movimientos activos para preparar los músculos y evitar lesiones. También es importante vestirse en capas ligeras y transpirables, evitando el exceso de abrigo, sobre todo si el ejercicio será intenso.
Además, optar por rutinas que eleven la temperatura corporal rápidamente: como HIIT, entrenamiento funcional o spinning, ayuda a maximizar el gasto energético. En días de frío extremo, es mejor trasladar el entrenamiento a espacios interiores, ya que la exposición prolongada a bajas temperaturas puede ser contraproducente. Finalmente, cuidar el descanso, la hidratación y la alimentación es clave para sostener una rutina efectiva y saludable durante toda la temporada.