En diversas culturas, la cebada es más que un simple cereal, es un alimento esencial asociado a la salud y la longevidad. En la zona andina del Perú, más del 90 % de los habitantes la consume en distintas presentaciones, siendo la sopa de morón una de las más populares. Las personas más longevas de los Andes tienen a la cebada como parte central de su alimentación.
Beneficios de la cebada
En regiones del Mediterráneo como Grecia y el sur de Italia, reconocidas por su elevada proporción de personas longevas, la dieta tradicional incluye granos integrales, entre ellos la cebada. Esta alimentación, rica además en frutas, verduras, legumbres, pescado y aceite de oliva, es uno de los pilares de su reconocida salud.
Lo mismo ocurre en Japón, especialmente en Okinawa, donde también se registra una notable cantidad de centenarios. Aunque el arroz es el cereal más común, la cebada se consume regularmente en forma de sopas, tés o como sustituto del arroz. En los países nórdicos como Suecia, Noruega y Finlandia, se incorpora en panes y preparaciones tradicionales, siendo también un componente clave en sus dietas.
El impacto de la cebada en la salud no es solo cultural, sino también científico. Investigadores del Reino Unido encontraron que una dieta rica en fibra de granos integrales, como la cebada, podría reducir hasta en un 50 % el riesgo de cáncer de mama. Además, un estudio de la Universidad de Lund, en Suecia, demostró que la cebada puede mejorar la salud en poco tiempo al reducir los niveles de azúcar en la sangre y disminuir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Además, la cebada es una excelente aliada para perder peso, ya que su alto contenido en fibra genera sensación de saciedad y ayuda a reducir el apetito.
Una forma menos conocida pero cada vez más popular de consumir cebada es el café de cebada, una bebida de origen italiano. En este caso, los granos de cebada se tuestan y muelen de manera similar al tradicional, pero sin cafeína.
