¿Por qué sentimos que caemos al dormir? La ciencia tiene la respuesta
¿Por qué sentimos que caemos al dormir? La ciencia tiene la respuesta

¿Por qué sentimos que caemos al dormir? La ciencia tiene la respuesta

|22 julio 2025

Esa impresión de desplomarse al vacío cuando apenas comenzamos a dormir es más común de lo que parece. Cerca del 70% de las personas lo ha sentido alguna vez, según diversos estudios. Este fenómeno se conoce como espasmo mioclónico o sacudida hípnica, y se manifiesta como una contracción involuntaria de los músculos al entrar en el primer estado del sueño.

¿Por qué sentimos que caemos?

Durante la transición entre la vigilia y el sueño, el cuerpo comienza a relajarse, la respiración se vuelve más lenta y el ritmo cardíaco disminuye. Sin embargo, una parte del cerebro sigue alerta, lo que provoca una respuesta muscular súbita. Esta sacudida puede despertar a quien la experimenta, generando la sensación de haber tropezado o caído desde una altura.

¿Es peligroso este espasmo nocturno?

A pesar del susto que puede causar, este tipo de espasmos no representan una amenaza para la salud. De hecho, los expertos lo consideran un trastorno del sueño benigno. El profesor Russell Foster, de la Universidad de Oxford, explicó a BBC Crowd Science: “Es fascinante, pues creemos que al dormir estamos desconectados, pero si alguien grita cerca, reaccionamos. El cerebro sigue monitoreando”.

Aunque no se trata de un problema médico grave, existen elementos que pueden favorecer su aparición. Entre ellos están la ansiedad, el estrés, el consumo de cafeína, el cansancio extremo, la actividad física intensa antes de dormir o la falta de sueño. Incluso los cambios en la rutina de descanso pueden provocar que estos espasmos se repitan con mayor frecuencia.

Espasmos

Los cambios en la rutina de descanso pueden provocar espasmos.

¿Cuándo consultar a un especialista?

Si estas sacudidas ocurren de forma constante o interrumpen el descanso, puede ser conveniente acudir a un médico. En algunos casos, podrían estar relacionadas con otros trastornos del sueño o problemas neurológicos que deben ser evaluados. Aunque poco frecuente, vale la pena prestar atención si impacta la calidad del descanso.

Este fenómeno es una muestra más de cómo el cuerpo y la mente trabajan en conjunto, incluso cuando creemos estar en reposo absoluto. Es un reflejo de que el cerebro nunca se apaga del todo, y mantiene cierto control mientras cruzamos hacia el sueño. Aunque no lo notemos, aún estamos en contacto con el mundo exterior durante esos primeros minutos de descanso.