Según la Universidad de Nottingham, el consumo habitual de alimentos ricos en vitamina C permite combatir el estrés oxidativo que afecta a los pulmones. La naranja destaca por su alto contenido de este nutriente esencial, que actúa como antioxidante y ayuda a neutralizar los radicales libres generados por el humo, la contaminación y otros agentes externos. Esta acción contribuye a disminuir la inflamación en las vías respiratorias y a mejorar la función pulmonar, especialmente en personas con enfermedades crónicas como EPOC o asma.
¿Cuáles son sus beneficios de la naranja ?
Cada naranja cubre más del 90% de la recomendación diaria de vitamina C, según datos de la Universidad de Helsinki. Este aporte estimula la producción de glóbulos blancos, fundamentales en la defensa contra infecciones respiratorias como gripes o resfriados. Además, la fruta contiene flavonoides, como la hesperidina, que apoyan la salud cardiovascular y favorecen la reparación de tejidos. Estos compuestos también fortalecen el sistema inmunológico y aceleran la recuperación en procesos inflamatorios respiratorios.
¿Por qué incluir naranja entera en tu alimentación diaria?
Consumir la fruta en su forma natural, en lugar de jugos industrializados, permite aprovechar la fibra soluble que contiene la pulpa. Esta fibra ayuda a regular la digestión, reduce el índice glucémico y mejora la absorción de los antioxidantes. Estudios del European Respiratory Journal han asociado una dieta con alto contenido en frutas cítricas con una reducción del 30% en el riesgo de padecer enfermedades pulmonares obstructivas, lo que refuerza la importancia de incluir naranjas en la rutina alimentaria.

La naranja reduce el riesgo de padecer enfermedades pulmonares.
Naranja: aliada del corazón y la piel
Además de sus beneficios sobre los pulmones, la naranja tiene efectos positivos en el sistema cardiovascular. El American Journal of Clinical Nutrition publicó que su consumo diario podría disminuir hasta en un 20% la probabilidad de sufrir accidentes cerebrovasculares. El potasio presente en la fruta favorece la regulación de la presión arterial, mientras que su contenido de fibra contribuye a la reducción del colesterol LDL. Estos efectos convierten a este cítrico en una opción integral para el cuidado del organismo.
Los antioxidantes presentes en esta fruta también apoyan la salud dermatológica. La vitamina C impulsa la síntesis de colágeno, necesario para mantener la elasticidad y firmeza de la piel. Estudios en dermatología han vinculado su consumo con una menor aparición de manchas solares y líneas de expresión, atribuyéndolo a su acción frente a los efectos de la radiación UV y la contaminación. Así, la naranja no solo respalda funciones internas, sino que también aporta beneficios estéticos visibles.

La naranja tiene antioxidantes e impulsa la síntesis de colágeno.

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¿Cuál es la forma ideal de consumir naranja?
Para maximizar sus propiedades, se recomienda ingerir una porción diaria de naranja entera. Puede incorporarse al desayuno, utilizarse como colación o añadirse a preparaciones frías como ensaladas. Su combinación con otras frutas cítricas, como la mandarina o la toronja, potencia su efecto protector sobre los pulmones. Este hábito sencillo puede transformarse en una estrategia efectiva y accesible para quienes buscan fortalecer su sistema respiratorio de manera natural.
La evidencia científica muestra que la naranja no es solo una fruta común. Su combinación de vitamina C, flavonoides y fibra la convierte en un alimento funcional que ayuda al cuerpo a enfrentar agentes inflamatorios y contaminantes. Su inclusión en la dieta representa una acción concreta con múltiples beneficios, desde mejorar la salud pulmonar hasta fortalecer la inmunidad y cuidar el corazón.