El queso es un alimento que, con su sabor único y su versatilidad en la cocina, ha ganado miles de admiradores alrededor del mundo. Desde pizzas hasta ensaladas, el queso es un ingrediente fundamental en una gran variedad de platillos. Sin embargo, no todos los quesos son iguales, y algunos, aunque son populares y deliciosos, pueden resultar más peligrosos de lo que pensamos, especialmente cuando se trata de la salud cardiovascular.

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Recientes investigaciones han puesto en alerta sobre el consumo frecuente de quesos procesados, advirtiendo que estos productos podrían ser un factor clave en el aumento de enfermedades del corazón. Según estudios publicados por la revista Sveika Mokykla, los expertos sugieren evitar los quesos procesados debido a su alto contenido en químicos y aditivos que aumentan los riesgos de sufrir problemas cardíacos.
¿Qué contienen los quesos procesados?

Los quesos envasados contienen una mezcla de emulsionantes, estabilizantes, grasas hidrogenadas y, sobre todo, un exceso de sodio.
Los quesos procesados, como los de lonchas o los untables, se alejan bastante de sus versiones naturales. Mientras que un queso artesanal o curado se obtiene a través de procesos naturales de fermentación, los quesos envasados contienen una mezcla de emulsionantes, estabilizantes, grasas hidrogenadas y, sobre todo, un exceso de sodio. Estos ingredientes no solo alteran el sabor y la textura del queso, sino que son perjudiciales para el organismo, especialmente para el corazón.
Estos productos se componen de lo que se conoce como "mezclas técnicas", que están lejos de ser productos lácteos genuinos. De hecho, comparado con los quesos naturales, los procesados contienen un 40% menos de proteínas y calcio, pero un 50 a 70% más de sodio, lo cual eleva el riesgo de hipertensión, aterosclerosis y enfermedades cardíacas. Un solo trozo de queso procesado puede aportar hasta un tercio del consumo diario recomendado de sodio, lo que equivale a alrededor de 400 a 600 mg de sal.
Alternativas saludables: Elige quesos naturales

Los expertos recomiendan optar por quesos naturales como la mozzarella, el feta, el queso de cabra o el queso curado.
A pesar de los riesgos asociados con los quesos procesados, no es necesario eliminar el queso por completo de tu dieta. Los expertos recomiendan optar por quesos naturales como la mozzarella, el feta, el queso de cabra o el queso curado, los cuales se elaboran solo con leche, cuajo y sal. Estos quesos naturales contienen menos grasas añadidas y son fuentes naturales de proteínas, calcio y vitamina B12, nutrientes esenciales para el cuerpo.

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Lo que se debe evitar es el consumo diario de quesos procesados, como los untables o en lonchas, que se encuentran en casi todos los hogares. Es importante también moderar la cantidad de queso que consumimos, incluso si es natural. Los nutricionistas sugieren que lo ideal es no superar los 30 o 40 gramos de queso al día y que este se considere como un complemento de la dieta, no como un alimento principal.
Además, es fundamental controlar la cantidad de sal que contienen los productos. Los expertos indican que no se debe consumir más de 1,5 gramos de sal por cada 100 gramos de queso para no poner en riesgo la salud cardiovascular.