La vitamina C endovenosa consiste en la administración directa de ácido ascórbico al torrente sanguíneo por medio de una infusión intravenosa. Esta modalidad permite alcanzar niveles plasmáticos más altos que los obtenidos por vía oral, lo que puede tener efectos más intensos y duraderos. De acuerdo con especialistas de la Clínica Continental de Lima, este tipo de terapia se considera una alternativa de apoyo en diversos tratamientos médicos, con énfasis en el refuerzo del sistema inmune y la reparación tisular.

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¿Cuáles son los beneficios terapéuticos de la vitamina C endovenosa?
Uno de los principales atributos de esta terapia es su capacidad antioxidante. Según explica la doctora Gilda Pérez, del Centro de Medicina Estética de la Clínica Ricardo Palma, este tipo de vitamina C protege a las células del deterioro causado por el estrés oxidativo, favoreciendo la regeneración celular y retardando el envejecimiento. Además, contribuye a la síntesis de colágeno, mejora la absorción de hierro, y potencia la producción de neurotransmisores, lo que puede impactar positivamente el estado de ánimo y el rendimiento mental.

La vitamina C endovenosa favorece la regeneración celular.
El sistema inmunológico necesita un soporte constante, sobre todo en situaciones de desgaste físico o enfermedades crónicas. En este contexto, la vitamina C endovenosa actúa como un potente modulador de defensas. Estudios clínicos han observado que puede elevar la respuesta inmunitaria, disminuir la inflamación sistémica y reducir el riesgo de infecciones. Asimismo, se ha utilizado como parte de terapias complementarias en pacientes con cáncer, Lyme, Parkinson y esclerosis múltiple.
¿Cómo se aplica la vitamina C endovenosa y quién puede hacerlo?
Esta terapia se administra en entornos médicos mediante una cánula insertada en una vena del brazo. El procedimiento debe ser llevado a cabo exclusivamente por profesionales de la salud, luego de una evaluación clínica detallada. La dosis y frecuencia varían según el diagnóstico, los niveles nutricionales y los objetivos terapéuticos del paciente. No se recomienda la automedicación ni el uso sin supervisión, ya que podrían surgir efectos adversos si no se ajusta correctamente a las necesidades individuales.

La vitamina C endovenosa se administra mediante una cánula insertada en una vena del brazo.
¿Es la vitamina C endovenosa apta para todos?
Aunque es una terapia generalmente segura, no todas las personas son candidatas para recibirla. Pacientes con problemas renales, hemocromatosis o antecedentes de cálculos pueden presentar contraindicaciones. Por esta razón, la consulta médica previa resulta indispensable. El seguimiento clínico asegura que el tratamiento se adapte de forma adecuada al estado de salud de cada persona, reduciendo riesgos y maximizando beneficios.
¿Qué diferencia a esta forma de vitamina C de la suplementación oral?
A diferencia de las cápsulas o los alimentos ricos en vitamina C, la versión endovenosa evita el proceso digestivo y permite una absorción inmediata y completa. Esto resulta especialmente útil en personas con deficiencias severas o con problemas de absorción intestinal. Además, al elevar de forma significativa los niveles plasmáticos, su efecto antioxidante se intensifica, lo que puede favorecer la prevención de enfermedades degenerativas o inflamatorias.
El interés en esta terapia crece no solo por sus aplicaciones médicas, sino también por sus beneficios estéticos y regenerativos. Desde mejorar la elasticidad de la piel hasta apoyar tratamientos de enfermedades complejas, la vitamina C endovenosa representa una alternativa complementaria para quienes buscan fortalecer su salud desde adentro. Su administración responsable, con respaldo profesional, abre una nueva vía para cuidar el cuerpo con precisión y efectividad.