Las enfermedades oncológicas en animales de compañía han ido en aumento en los últimos años. Entre ellas, el linfoma multicéntrico tipo B se ha convertido en una de las neoplasias más frecuentes en perros. Según la veterinaria Yhoselin Sheyla Sánchez Inga, de la Veterinaria del Norte, este tipo de linfoma representa entre el 60 % y 70 % de los casos oncológicos atendidos en consulta. Aunque no tiene una causa específica, se considera una enfermedad multifactorial, es decir, puede estar relacionada con genética, ambiente, infecciones virales o una combinación de factores.

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¿Qué es el linfoma multicéntrico tipo B en perros?
Este cáncer tiene su origen en el sistema linfático y suele detectarse por el crecimiento anormal de ganglios linfáticos. En muchos casos, los dueños acuden a la consulta tras notar nódulos o bultos móviles e indoloros en distintas zonas del cuerpo del animal. Aunque algunos perros no muestran síntomas visibles al inicio, otros presentan signos como pérdida de peso, fiebre persistente, decaimiento o letargo, incluso cuando mantienen el apetito. Este linfoma puede afectar órganos como el hígado, bazo, riñones, piel e incluso los ojos.

La fiebre en perros es uno de los síntomas.
¿Cómo se diagnostica el cáncer en perros?
El diagnóstico debe comenzar con una evaluación clínica completa. Según la Dra. Sánchez Inga, en consulta se descartan metástasis mediante análisis de sangre, radiografías torácicas y abdominales, y en muchos casos, se solicita una citología o biopsia del ganglio afectado. “La mayoría de tutores no palpan a su mascota, y esto es clave. Recomendamos revisar desde la nariz hasta la cola para detectar bultos o zonas sensibles”, aconseja la experta. Un examen físico detallado puede marcar la diferencia entre una detección temprana o una intervención tardía.
¿Cuál es el tratamiento del linfoma canino?
El linfoma se trata, pero no se cura. Sin embargo, la veterinaria enfatiza que un tratamiento adecuado puede mejorar notablemente la calidad de vida del perro. Los protocolos de quimioterapia más utilizados son COP, CHOP, L-CHOP o el de la Universidad de Wisconsin. La duración varía entre 3 a 5 meses, dependiendo del estado del paciente. “El protocolo CHOP ha demostrado buenos resultados, sobre todo si se empieza en etapas tempranas”, indica la doctora.

El linfoma se trata, pero no se cura.
¿Qué alimentación deben seguir los perros con cáncer?
Además de la medicación, la alimentación cumple un rol importante en el manejo del cáncer. La especialista recomienda eliminar completamente las croquetas comerciales, así como alimentos altos en carbohidratos como papa, arroz y yuca. En su lugar, debe optarse por dietas ricas en antioxidantes, vitaminas, probióticos y suplementos nutricionales. “Siempre sugerimos consultar con un nutricionista veterinario que pueda reforzar el sistema inmunológico del paciente”, señala Sánchez Inga.
¿Qué razas son más propensas al linfoma en perros?
Cualquier perro puede desarrollar este tipo de cáncer, aunque se observa mayor incidencia entre los 5 y 11 años de edad, sin importar el sexo. Algunas razas con predisposición son el Golden Retriever, Bóxer, Rottweiler, Labrador, Cocker Spaniel, Bullmastiff, San Bernardo, Scottish Terrier y Pastor Alemán, entre otras. Se estima que 1 de cada 4 perros mayores de 2 años fallece por algún tipo de cáncer, lo que convierte a esta enfermedad en un desafío importante en la medicina veterinaria moderna.