Para muchos, el gesto de acostarse con los pies cubiertos responde a la necesidad de mantener el calor. Sin embargo, la psicología ha descubierto que también puede hablar del mundo interior de quien lo practica. De acuerdo con la psicóloga Leticia Martín Enjuto, dormir con medias revela mucho más que una simple costumbre térmica: puede reflejar estabilidad emocional, necesidad de refugio y preferencia por rutinas reconfortantes.

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Una señal de autocuidado y organización
Expertos en conducta coinciden en que las personas que incorporan pequeñas rutinas antes de dormir, como ponerse medias, suelen tener una personalidad previsora, estructurada y enfocada en el bienestar. Este hábito puede interpretarse como una forma de crear un entorno seguro que facilite el descanso profundo y placentero. Dormir con medias también ayuda a disminuir los despertares nocturnos provocados por cambios de temperatura, lo que contribuye a un sueño continuo.
¿Quiénes eligen dormir con medias?
Este comportamiento suele ser frecuente entre personas organizadas, prácticas y emocionalmente maduras. Según algunos estudios, usar medias al dormir está vinculado con perfiles que priorizan su salud sin remordimientos. No se trata de una simple costumbre, sino de una práctica de autocuidado que anticipa necesidades antes de que surjan molestias. También es común entre quienes poseen alta sensibilidad sensorial o son propensos a despertarse con facilidad.
Protección emocional en forma de rutina
Cubrir los pies puede convertirse en una especie de “barrera emocional subconsciente”. Así lo sugieren enfoques psicológicos que explican cómo este tipo de gestos ayudan a calmar el sistema nervioso. Dormir con medias, al igual que encender una vela, tomar té o escuchar música relajante, forma parte de los rituales nocturnos que envían señales al cuerpo para entrar en modo descanso.

Dormir con medias puede ayudar a calmar el sistema nervioso.
Lejos de ser un simple detalle estético o estacional, puede reflejar una relación sana con uno mismo. La psicología lo vincula con el apego seguro, el autoconocimiento y la capacidad de priorizar el bienestar. Este gesto puede ser tan revelador como otros hábitos aparentemente triviales, como el lado de la cama en que alguien duerme o el orden en el que realiza sus rutinas.
Beneficios concretos del hábito
Más allá del aspecto emocional, los beneficios físicos también están documentados. Dormir con medias ayuda a:
- Optimizar la calidad del sueño
- Disminuir el tiempo para conciliar el sueño
- Reducir la incomodidad provocada por pies fríos
- Generar una sensación de abrigo y contención emocional
- Establecer rutinas de autocuidado conscientes
- Lo emocional y lo físico se conectan
En conclusión, según la psicóloga Leticia Martín Enjuto, este hábito aparentemente simple puede ofrecer pistas sobre cómo una persona se relaciona con el descanso, la salud mental y sus necesidades cotidianas. Dormir con medias, entonces, no solo protege del frío: también puede proteger el bienestar interior.