La aparición de una nueva variante del COVID-19 está generando preocupación entre las autoridades sanitarias y la comunidad científica internacional. Se trata de la NB.1.8.1, una cepa descendiente de Ómicron que ya fue catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una "variante bajo monitoreo", debido a su rápida propagación en distintas regiones del mundo desde su detección en enero de 2025.
Desde entonces, la nueva variante de COVID ha sido identificada en países como China, India, Estados Unidos y Australia, donde se observa un crecimiento acelerado en la cantidad de casos. En algunos estados australianos, por ejemplo, NB.1.8.1 representa más del 40 % de las secuencias genómicas analizadas. En India, los casos activos de COVID-19 han aumentado de forma considerable, en parte por la circulación de esta variante más contagiosa.
¿Qué se sabe de NB.1.8.1 y cuáles son sus síntomas?

La variante NB.1.8.1 se expande rápidamente en varios países y ya está bajo monitoreo de la OMS.
La NB.1.8.1 presenta varias mutaciones en la proteína Spike, entre ellas T22N, F59S y T478I, que podrían aumentar su capacidad de adhesión al receptor ACE2 humano, facilitando su transmisión. No obstante, hasta ahora no se ha observado que esta variante cause cuadros más graves en comparación con versiones anteriores del virus.
En cuanto a los síntomas de la nueva variante, son similares a los ya conocidos del COVID-19: fiebre, tos, dolor de garganta, fatiga y congestión nasal. No se han reportado manifestaciones clínicas nuevas o inusuales que la diferencien de otras cepas. Lo que sí preocupa es su capacidad de propagarse con rapidez, lo que ha motivado una respuesta más activa en algunos sistemas de salud.
Recomendaciones y respuesta sanitaria ante la nueva ola

Aunque no es más grave, esta nueva variante del COVID-19 presenta una alta capacidad de contagio.
A pesar de su alta transmisibilidad, la OMS mantiene la evaluación de riesgo global bajo para esta cepa. Las vacunas actuales contra el COVID-19 siguen ofreciendo protección frente a formas graves de la enfermedad y hospitalizaciones, incluso ante variantes como la NB.1.8.1.
Los expertos recomiendan continuar con medidas básicas de prevención: uso de mascarillas en espacios cerrados, ventilación adecuada, higiene de manos y la actualización del esquema de vacunación, sobre todo en personas mayores o inmunocomprometidas. Además, se insiste en reforzar la vigilancia genómica para frenar la expansión de esta nueva variante de COVID que ya circula en varios estados de EE. UU., incluyendo Nueva York, California, Ohio y Hawái.