Las habas, una legumbre con miles de años de historia, tienen su origen en las regiones del suroeste de Asia y el Mediterráneo. A lo largo del tiempo, su cultivo se ha expandido a lo largo de Europa, Asia y América, convirtiéndose en un alimento esencial en muchas culturas. Estas semillas verdes no solo destacan por su sabor, sino por ser una excelente opción para la salud.
Beneficios y funciones de las habas
Como leguminosas, las habas son reconocidas por sus múltiples aportes:
- Desarrollo muscular: Gracias a su alto contenido en proteínas, son ideales para la construcción y reparación de los músculos.
- Digestión saludable: La fibra que contienen es una aliada del tránsito intestinal, recomendada especialmente para personas con estreñimiento.
- Control del colesterol: Su bajo nivel de grasas saturadas las convierte en un alimento adecuado para reducir el colesterol malo (LDL).
- Riqueza mineral: Las habas aportan minerales esenciales como hierro, zinc y magnesio, que cumplen funciones vitales en el organismo.
- Regulan el azúcar en sangre: Su contenido de fibra contribuye a mantener estables los niveles de glucosa, siendo útil en dietas para personas con diabetes o resistencia a la insulina.
- Salud cardiovascular: La combinación de potasio, fibra y grasas saludables favorece el buen funcionamiento del sistema cardiovascular.
- Antioxidantes: Estas legumbres contienen compuestos que ayudan a proteger las células del daño oxidativo y del envejecimiento prematuro.
Formas de consumir las habas
Una de las ventajas de las habas es su versatilidad en la cocina. Se pueden consumir de distintas maneras, según la presentación:
- Habas frescas: Ideales para cocer ligeramente y añadir a ensaladas, salteados o guisos.
- Habas secas: Se pueden moler y utilizar como harina en productos horneados o panes.
- Germinado de habas: Las habas secas también se pueden germinar, dando lugar a brotes nutritivos para ensaladas o platos crudos.














