En la cocina cotidiana, hay ingredientes que usamos casi sin pensar, convencidos de que solo aportan sabor a nuestros platillos. Sin embargo, algunos de estos componentes, cuando se consumen en exceso, pueden tener consecuencias graves para la salud. De hecho, ciertos condimentos comunes se han relacionado con enfermedades crónicas y trastornos que afectan órganos vitales.
Uno de estos casos es el de la sal, un condimento omnipresente que, aunque cumple funciones esenciales, se convierte en un riesgo cuando se abusa de él. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo elevado de sal está asociado a un mayor riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares, hipertensión y, en casos prolongados, incluso cáncer gástrico. Este vínculo ha encendido las alertas en la comunidad médica y nutricional.
El condimento que puede aumentar el riesgo de cáncer

La OMS recomienda limitar la ingesta de sal a no más de 5 gramos diarios en adultos.
La sal no solo realza el sabor de los alimentos, también se utiliza para conservar carnes, pescados y otros productos. Sin embargo, estudios citados por la OMS revelan que un consumo excesivo de este condimento que causa cáncer puede dañar la mucosa gástrica y promover la formación de compuestos N-nitrosos, sustancias consideradas potencialmente cancerígenas. Además, favorece la infección por Helicobacter pylori, bacteria asociada al cáncer de estómago.
La American Cancer Society también advierte que las dietas ricas en alimentos preservados con sal, como carnes curadas, pescados salados y verduras encurtidas, aumentan considerablemente el riesgo de este tipo de cáncer. Por ello, la OMS recomienda limitar la ingesta de sal a no más de 5 gramos diarios en adultos, lo que equivale a una cucharadita, y aún menos en niños.
¿En qué alimentos se esconde la sal?

Expertos en nutrición recomiendan reducir el consumo de procesados y reemplazar la sal en la cocina con especias naturales como cúrcuma, comino, ajo o pimienta.
Aunque muchos creen tener bajo control el uso de este condimento, lo cierto es que el sodio está presente en una gran cantidad de alimentos procesados que consumimos a diario. Según la Profeco, productos como salsas embotelladas, cereales, tortillas de harina, galletas, palomitas de microondas y aderezos contienen niveles elevados de sal que fácilmente pueden superar los límites saludables.
Para evitar los efectos negativos de este condimento dañino para la salud, expertos en nutrición recomiendan reducir el consumo de procesados y reemplazar la sal en la cocina con especias naturales como cúrcuma, comino, ajo o pimienta. Además, es fundamental leer el etiquetado nutricional de los productos para tomar decisiones más informadas sobre lo que comemos.