Soñar con personas fallecidas es una experiencia común que ha intrigado a la humanidad durante siglos. Desde la psicología, estos sueños se interpretan como manifestaciones del subconsciente relacionadas con el proceso de duelo y la gestión emocional tras la pérdida de un ser querido.

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El proceso de duelo reflejado en los sueños
La aparición de seres queridos fallecidos en nuestros sueños suele estar estrechamente ligada al proceso de duelo. Estos sueños pueden ser una forma en que la mente procesa la ausencia y busca adaptarse a la nueva realidad sin la presencia física de esa persona.
Según el psicólogo clínico Alan Wolfelt, fundador del Center for Loss and Life Transition, "los sueños de duelo son una parte natural del proceso de sanación y pueden proporcionar consuelo y conexión continua con el ser querido fallecido".
Soñar con alguien que ha fallecido podría surgir del anhelo de volver a sentir cercanía o revivir momentos compartidos. Es una manera simbólica en la que el subconsciente lidia con la necesidad de mantener viva la memoria de esa persona. Estos sueños pueden servir como un puente emocional que nos permite reconectar con sentimientos de amor y afecto, facilitando la aceptación de la pérdida.

Muchas personas suelen soñar con personas que ya fallecieron debido al fuerte vínculo que tenían en vida. Foto: IA

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Asuntos no resueltos y cierre emocional
Si en vida quedaron temas pendientes con la persona fallecida, los sueños pueden reflejar la necesidad de cerrar ciclos o expresar sentimientos reprimidos, como tristeza, culpa o gratitud. La psicoterapeuta clínica Carla Marie Manly señala que "los sueños con seres queridos fallecidos pueden ser una oportunidad para resolver asuntos inconclusos y encontrar un sentido de cierre".
En momentos de estrés, ansiedad o incertidumbre, soñar con alguien que ha fallecido puede representar la necesidad de guía, apoyo o consuelo, funcionando como una manifestación del deseo de seguridad y protección.
La profesora de psicología Deirdre Barrett, de la Universidad de Harvard, explica que "durante períodos de estrés, el cerebro puede recurrir a imágenes de figuras protectoras, como seres queridos fallecidos, para brindar consuelo y orientación".