En cuanto bajan las temperaturas en el algunas ciudades del Perú, muchos recurren a preparaciones tradicionales para reconfortarse. Entre ellas, destacan el caldo de gallina y el caldo de pollo, dos platos infaltables en mercados, fondas y mesas familiares. Aunque a menudo se usen como sinónimos, no son lo mismo y sus diferencias van más allá del sabor.
Desde el valor nutricional hasta la textura y el tiempo de cocción, cada uno tiene sus propias características. Por eso, en esta nota te contamos cuáles son esas diferencias y cuál podría ser mejor opción para ti, según tus necesidades o antojos.
¿En qué se diferencian el caldo de gallina y el caldo de pollo?

El caldo de pollo es rico en proteínas, minerales como calcio, magnesio, fósforo y potasio, y contiene colágeno.
Según el portal 'Como cocinar y comer', el caldo de pollo es una preparación muy popular en la cocina peruana, especialmente en temporadas de frío o cuando se busca un alimento reconfortante. Este caldo es rico en proteínas, minerales como calcio, magnesio, fósforo y potasio, y contiene colágeno, que contribuye a la salud de la piel, uñas y articulaciones. Además, su bajo contenido de grasa lo convierte en una opción saludable y ligera, ideal para quienes cuidan su alimentación.
Por otro lado, el caldo de gallina se elabora con aves más maduras, lo que le otorga un sabor más intenso y un fondo más concentrado. Aporta nutrientes similares al caldo de pollo, como hierro, zinc, selenio y colágeno, pero gracias a su cocción más prolongada, resalta sus propiedades antiinflamatorias y su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico. Es muy apreciado como remedio tradicional para aliviar síntomas de resfriados y gripes.
¿Cuál es más nutritivo?

El caldo de gallina se elabora con aves más maduras, lo que le otorga un sabor más intenso y un fondo más concentrado.
Tanto el caldo de gallina como el caldo de pollo son opciones nutritivas y beneficiosas para la salud, cada uno con sus particularidades. El caldo de pollo es más ligero y bajo en grasa, ideal para quienes buscan una opción saludable y reconfortante, mientras que el caldo de gallina, con su sabor más intenso y mayor concentración de nutrientes, es perfecto para fortalecer el sistema inmunológico y aliviar malestares como el resfriado. Según los expertos, la mejor elección depende de tus necesidades y gustos personales, pues ambos caldos aportan valiosos beneficios y pueden ser parte de una dieta equilibrada.