Este ácido graso esencial, presente principalmente en pescados grasos, no solo protege el corazón, sino que también influye positivamente en el estado de ánimo y la memoria. Según la American Heart Association (AHA), su consumo regular reduce los triglicéridos, baja la presión arterial y previene arritmias. Pero su impacto no se detiene ahí.
El omega-3 también fortalece tu mente
El omega-3, especialmente el DHA, interviene directamente en el funcionamiento del cerebro. Estudios citados por la Sociedad Americana de Psiquiatría indican que entre uno y dos gramos diarios pueden aliviar síntomas de depresión e incluso beneficiar a personas con trastorno bipolar o esquizofrenia. Además, se ha asociado a mejoras en la atención y la memoria en distintas edades.
Una grasa que tu cuerpo necesita, pero no produce
Tu organismo no genera omega-3 por sí solo. Debes obtenerlo de tu alimentación. Los pescados como el salmón, el atún blanco, la trucha y las sardinas son fuentes naturales de este ácido graso. También puedes encontrarlo en semillas de lino y chía, nueces, o suplementos a base de aceite de pescado o algas.

Salmón y trucha son fuentes naturales de este ácido graso.
Beneficios cardiovasculares comprobados
El omega-3 actúa directamente sobre los vasos sanguíneos. Ayuda a reducir la acumulación de placa en las arterias, protege contra infartos y mejora la circulación. La Fundación Española del Corazón sugiere una ingesta diaria de al menos 250 mg para una buena salud cardiovascular. En personas con riesgo, se recomiendan hasta 3 gramos diarios.
¿Qué tan fácil es incluirlo en tu dieta?
La AHA recomienda al menos dos porciones semanales de pescado rico en omega-3, lo que equivale a unos 100 gramos por porción. También puedes recurrir a suplementos, siempre con la orientación de un profesional de salud.

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¿Y si no consumo pescado?
Existen alternativas vegetales. Las semillas de lino y chía, así como las nueces, contienen ALA, una forma de omega-3 que el cuerpo convierte en EPA y DHA. Aunque esta conversión es limitada, sigue siendo una opción válida, sobre todo para personas con dietas vegetarianas o veganas.
El omega-3 no es solo una moda en la nutrición, sino una necesidad respaldada por décadas de investigación. Su impacto en la salud mental y cardiovascular lo convierte en un componente esencial para cualquier estilo de vida. Consulta con tu médico y empieza a incorporarlo conscientemente en tu dieta.