A sus apenas 17 años, Lamine Yamal se ha convertido en una de las figuras más prometedoras del fútbol mundial. Desde su debut con el F.C. Barcelona a los 15 años, el joven delantero no solo ha deslumbrado por su talento en el campo, sino también por una sorprendente evolución física: en solo un año, creció 10 centímetros y ganó cerca de 10 kilos de masa muscular.
PUEDES VER: ¿Cómo lucir joven a los 40? Cristiano Ronaldo revela su secreto para mantenerse en forma
¿Cuál fue el secreto detrás de este cambio? Te contamos sobre su plan de entrenamiento físico meticuloso que incluyó desde trabajo de fuerza hasta técnicas poco convencionales, como correr con perros o usar máscaras de oxígeno.
De promesa juvenil a físico de élite
Según fuentes del cuerpo técnico de Xavi Hernández, Lamine pasó de apenas conocer el gimnasio a realizar un programa específico de fuerza, nutrición y trabajo muscular diseñado para preparar su cuerpo a la alta exigencia del fútbol profesional. Enfocado especialmente en fortalecer el tren inferior y superior, el objetivo fue evitar lesiones ante rivales físicamente más desarrollados y permitirle mantener el nivel durante los 90 minutos de juego.
Lamine Yamal pasó de apenas conocer el gimnasio a realizar un programa específico de fuerza.
El joven futbolista aún está en proceso de desarrollo, pero ya ha alcanzado el 1,80 de estatura y sigue evolucionando. Este progreso no solo es fruto de su genética, sino del compromiso con un entrenamiento físico exigente y planificado.
Entrenar con perros y jugar en la calle
Lamine reveló en una entrevista a L’Équipe una de las anécdotas más sorprendentes de su formación: cuando era niño, su padre lo hacía correr con perros. "Decía que me iban a morder y me ponía a correr. Jugar contra un perro es lo más difícil que puedes hacer", contó entre risas. Esta experiencia lo ayudó a perfeccionar su velocidad y reflejos, cualidades que hoy lo hacen temible en el uno contra uno.
Además, entrenarse desde pequeño con personas mayores y jugar en las calles de su barrio fueron factores clave para forjar su carácter competitivo. “Jugaba contra chicos de 20 años cuando yo tenía 11”, confesó. Esa mezcla de juego callejero y disciplina de cantera en La Masía fue fundamental para su evolución como futbolista.
Máscaras de oxígeno y entrenamiento postpartido
Lamine Yamal y sus compañeros incorporaron a su rutina el uso de máscaras de hipoxia.
Con la llegada de Hansi Flick al banquillo culé, el entrenamiento del equipo dio un giro hacia métodos más científicos y avanzados. Lamine y sus compañeros incorporaron a su rutina el uso de máscaras de hipoxia, una técnica que reduce el oxígeno recibido durante el ejercicio para acelerar la recuperación muscular.
Estas máscaras ayudan a aumentar la producción de glóbulos rojos y mejorar la resistencia física. No es una técnica nueva, pero ahora se emplea de forma estratégica en las sesiones posteriores a los partidos. El propio Yamal compartió en redes una imagen usando la máscara mientras pedaleaba junto a su amigo y compañero Pau Cubarsí.
Este enfoque multidisciplinar: nutrición, gimnasio, estimulación sensorial, nuevas tecnologías, ha sido clave en la transformación física de Lamine Yamal, que no solo apunta al Balón de Oro, sino a redefinir lo que significa ser una joven promesa en el fútbol moderno.
