La terapia del muérdago utiliza extractos del Viscum album, una planta originaria de Europa y Asia Central. Se aplica como tratamiento complementario para pacientes con cáncer, buscando fortalecer el sistema inmunológico, reducir los efectos secundarios de la quimioterapia y mejorar el bienestar general. Aunque aún se debate su impacto en la prolongación de la vida, su uso ha crecido en el ámbito de la medicina integrativa.
Christian Thorsen y su camino hacia una alternativa natural
El actor peruano Christian Thorsen fue diagnosticado con cáncer de próstata avanzado con metástasis ósea y pulmonar. En medio de la desesperanza, encontró una opción diferente. “Yo quería dejar de lado completamente la quimio. Y esto era una forma de tratar la enfermedad sin tener que hacer eso”, relató en una entrevista. Fue así como inició la terapia del muérdago, junto con un tratamiento antihormonal para reducir la testosterona, hormona que alimenta este tipo de cáncer.

La terapia del muérdago, una alternativa para vencer el cáncer.
¿Qué dice la ciencia sobre el uso del muérdago contra el cáncer?
Según el Centro Médico Antroposófico, diversos estudios han demostrado que los pacientes que reciben terapia de muérdago reportan una mejora en su calidad de vida, aspecto que incide directamente en su pronóstico. En 2015, la Sociedad Americana de Oncología Clínica destacó el rol del sistema inmunológico en la lucha contra el cáncer. Esto fue respaldado en 2018 por los premios Nobel de Medicina, J. Allison y T. Honjo, quienes mostraron que estimular el sistema inmune puede frenar el crecimiento tumoral.
¿En qué etapas del cáncer se aplica esta terapia?
La versatilidad del muérdago permite su uso en cualquier fase del cáncer: antes o después de la cirugía, como acompañamiento a la quimioterapia o radioterapia, en terapias paliativas o incluso en condiciones precancerosas. Su acción inmunomoduladora lo convierte en una opción viable para distintos tipos de tumores, desde etapas iniciales hasta casos avanzados.

La versatilidad del muérdago permite su uso en cualquier fase del cáncer.

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Combinación con otros tratamientos: ¿una opción segura?
Estudios clínicos respaldan que esta terapia puede combinarse con tratamientos convencionales sin interferir en su eficacia. De hecho, se ha reportado que al usar muérdago, los pacientes toleran mejor la quimioterapia, la radiación e incluso las terapias antihormonales. También puede reducir la inmunosupresión tras una cirugía y mejorar la recuperación postoperatoria.
Una de las ventajas de esta terapia es que promueve la participación activa del paciente en su tratamiento. “La terapia del muérdago permite que el paciente colabore y recupere autonomía”, indican desde el enfoque médico antroposófico. Al recuperar esa sensación de control, muchos pacientes reportan no solo mejoría física, sino también emocional.