Lejos de ser solo un simple descuido, la tendencia a ser desordenado puede reflejar mucho más sobre la manera en que una persona piensa y siente, según explica la psicología. Desde espacios físicos caóticos hasta agendas poco estructuradas, este comportamiento se manifiesta de diversas formas y no siempre indica un problema funcional o una incapacidad para manejar la vida diaria.
De hecho, el comportamiento desordenado no es homogéneo: puede presentarse como un desorden físico, con objetos fuera de lugar, o como un desorden emocional y temporal, donde la persona tiene dificultades para priorizar tareas o gestionar su tiempo. Estos patrones no siempre afectan negativamente, y en algunos casos, son señal de perfiles más flexibles y con mayor apertura mental frente a las estructuras rígidas.
¿Por qué algunas personas son desordenadas según la psicología?
Una explicación que ofrecen los expertos en salud mental es que para ciertos individuos, el desorden funciona como una forma de expresar independencia frente a reglas sociales estrictas o estructuras muy rígidas. Evitar la organización meticulosa puede ser una manera de preservar la libertad personal y la espontaneidad, sin que ello interfiera necesariamente en su productividad o bienestar.

El desorden en el entorno puede reflejar formas no convencionales de pensar.
Según la psicóloga Kathleen Vohs, de la Universidad de Minnesota, los espacios desordenados pueden estimular el pensamiento no convencional. En sus investigaciones, Vohs encontró que un entorno caótico impulsa a algunas personas a desarrollar ideas más creativas y arriesgadas, señalando que “los ambientes desordenados fomentan formas de pensar innovadoras”.
Este tipo de resistencia a la organización no siempre es negativa. De hecho, muchas personas con agendas muy ocupadas o que priorizan otras actividades pueden tolerar el desorden como un mal menor. Asimismo, en ámbitos creativos, el desorden psicológico y físico puede formar parte del proceso productivo, donde la flexibilidad y la apertura a nuevas ideas son más valoradas que el orden estricto.
Diferentes tipos de desorden y su impacto

Según la psicología, el desorden no siempre implica un problema mental.
Es importante distinguir entre distintos tipos de desorden para comprender mejor su significado. Por un lado, está el desorden físico, que se refleja en ambientes desorganizados, con objetos fuera de lugar o espacios caóticos. Por otro lado, existe el desorden emocional o temporal, cuando una persona tiene dificultades para gestionar sus emociones o priorizar sus tareas diarias, lo que afecta su capacidad para planificar.
Aunque comúnmente se ve al desorden con una connotación negativa, la psicología advierte que no todas las manifestaciones de desorganización son perjudiciales. Muchas veces, las personas que conviven con el caos tienen perfiles que les permiten adaptarse con mayor facilidad a cambios, siendo más creativos y flexibles.
Relación entre desorden y creatividad
La conexión entre ser desordenado y la creatividad ha sido objeto de varios estudios psicológicos. Para quienes trabajan en campos artísticos o de innovación, el desorden puede ser un reflejo de una mente que piensa fuera de esquemas convencionales. Según Vohs, “el orden puede alentar lo que es esperado, mientras que el desorden fomenta lo que es nuevo”, una visión que respalda la idea de que no todo caos es negativo.

Espacios caóticos pueden favorecer la creatividad en algunas personas.
Por eso, aunque la sociedad generalmente valore el orden y la organización, para ciertos perfiles el desorden no solo es tolerable sino beneficioso. La psicología sugiere que entender esta diversidad en la forma de relacionarse con el entorno es fundamental para evitar juicios simplistas sobre el comportamiento de las personas.
¿Cuándo el desorden puede ser un problema?
Si bien para muchos el desorden es solo una forma de ser, cuando este afecta negativamente la vida diaria, el trabajo o las relaciones, puede estar asociado a trastornos como el déficit de atención o problemas emocionales. En esos casos, es importante buscar ayuda profesional para identificar las causas y establecer estrategias que permitan mejorar la organización y el bienestar.