La fiebre amarilla, una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, ha resurgido con fuerza en América Latina, registrando 131 casos confirmados y 53 muertes hasta el 31 de marzo de 2025, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Esta situación ha encendido las alertas sanitarias en varios países de la región, especialmente en Brasil, Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador.
El doctor Erick Molina, experto en salud pública, señala que esta enfermedad progresa en tres etapas: infección, remisión e intoxicación. Reconocer los síntomas desde las primeras fases es fundamental para evitar complicaciones graves. Según Molina, una detección temprana puede marcar la diferencia entre una recuperación completa y el riesgo de muerte.
Etapas de la fiebre amarilla y sus primeros síntomas
Durante la etapa de infección, que aparece entre 3 a 6 días tras la picadura del mosquito, la persona puede presentar fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, náuseas, inapetencia, vómitos e incluso ictericia (coloración amarilla de la piel y los ojos). En esta fase, muchos síntomas se confunden con una gripe fuerte, lo que puede retrasar el diagnóstico. Si no hay complicaciones, los signos desaparecen en menos de una semana, dando paso a una aparente recuperación.

Los síntomas de fiebre amarilla que deben considerarse señales de emergencia médica incluyen vómitos con sangre, sangrado nasal o digestivo.
No obstante, en aproximadamente el 15% de los casos, los pacientes entran en la fase de intoxicación a las pocas horas de la remisión. En esta etapa crítica, el virus ataca órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, causando hemorragias internas, convulsiones, arritmias e incluso coma. La tasa de letalidad en este punto puede alcanzar el 50% en menos de 10 días, de acuerdo con cifras de la OMS.
Síntomas críticos que no debes pasar por alto
Los síntomas de fiebre amarilla que deben considerarse señales de emergencia médica incluyen vómitos con sangre, sangrado nasal o digestivo, piel y ojos amarillos, disminución de la orina, ojos enrojecidos, arritmias cardíacas, convulsiones y alteración del estado de conciencia. El doctor Molina recalca que la presencia de ictericia y hemorragias son indicadores clave de que la enfermedad está avanzando hacia un estado severo.

La principal herramienta para prevenir la fiebre amarilla es la vacuna.
El reporte de la OPS indica que Brasil encabeza los casos confirmados con 67, seguido de Colombia (34), Perú (18), Bolivia (12) y Ecuador, que notificó su primer caso el 24 de abril de 2025. Esta enfermedad es endémica en al menos 13 países de la región, con brotes cíclicos que tienden a repetirse cada 5 a 10 años. El aumento de casos en 2025 se atribuye a una baja cobertura de vacunación, junto con factores como la deforestación y el cambio climático, que expanden el hábitat del mosquito transmisor.

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¿Cómo prevenir la fiebre amarilla?
La principal herramienta para prevenir la fiebre amarilla es la vacuna, que ofrece protección de por vida 10 días después de su aplicación. La OPS recomienda una cobertura mínima del 95% en zonas de riesgo. Además, se deben eliminar los criaderos del mosquito Aedes aegypti mediante la limpieza de recipientes con agua estancada. Otras medidas incluyen el uso de repelentes, ropa de manga larga y mosquiteros.