Después de semanas o incluso meses de inactividad física, muchas personas sienten la necesidad urgente de retomar el ejercicio para mejorar su salud o forma física. Sin embargo, hacerlo de manera abrupta y sin preparación puede poner en riesgo el corazón, especialmente en quienes han llevado una vida sedentaria.
Con el inicio de los meses más fríos y el aumento del trabajo remoto frente a pantallas, es común que la actividad física quede relegada. Pero, según advierte la Clínica Mayo, activar el cuerpo de forma agresiva después de periodos prolongados de reposo puede ser incluso más riesgoso que el propio sedentarismo. La clave está en no forzar al cuerpo más de lo que puede soportar, sobre todo cuando el corazón ya se ha visto afectado por la inactividad.
Riesgos de una vuelta brusca al ejercicio
La cardióloga Gosia Wamil, del Mayo Clinic Healthcare de Londres, explica que un esfuerzo excesivo en un cuerpo desacondicionado puede estresar al corazón y provocar efectos adversos. Estos son algunos de los riesgos de retomar el ejercicio de forma brusca:

Activar el cuerpo de forma agresiva después de periodos prolongados de reposo puede ser incluso más riesgoso que el propio sedentarismo.
- Dolor en el pecho, falta de aire o mareos durante el esfuerzo, síntomas que pueden advertir de un problema cardíaco oculto.
- Caídas de presión si no se hace una entrada o salida progresiva del entrenamiento.
- Sobrecalentamiento y deshidratación, que sobrecargan el sistema cardiovascular.
La doctora recomienda iniciar con ejercicios suaves como caminatas o estiramientos, y luego aumentar gradualmente la intensidad. Además, es esencial escuchar las señales del cuerpo y detener la actividad si aparecen molestias inusuales.
El sedentarismo como enemigo silencioso
El verdadero origen del problema muchas veces es el sedentarismo crónico, un estilo de vida caracterizado por pasar muchas horas sentado o acostado sin realizar suficiente movimiento. Según Medline Plus, sus consecuencias pueden afectar tanto la salud física como mental:
- Trastornos emocionales como ansiedad y depresión, debido a la baja producción de endorfinas.
- Aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, incluyendo hipertensión, colesterol elevado e incluso infartos.
- Obesidad y desequilibrios hormonales, provocados por un metabolismo lento que no regula correctamente el azúcar y las grasas.

Se recomienda iniciar con ejercicios suaves como caminatas o estiramientos, y luego aumentar gradualmente la intensidad.
La Fundación Española del Corazón también advierte que la inactividad física es un factor clave en el desarrollo de aterosclerosis, enfermedades respiratorias y fallos cardíacos.

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Cómo volver a moverse sin poner en riesgo tu salud
Si llevas tiempo sin entrenar, lo recomendable es tomar precauciones antes de volver al ejercicio. Estas son algunas recomendaciones clave de los especialistas:
- Comienza de forma gradual con actividades de bajo impacto (caminatas, movilidad articular, yoga suave).
- Haz calentamiento y relajación antes y después de ejercitarte, al menos 5 a 10 minutos.
- Hidrátate bien y usa ropa adecuada para evitar sobrecalentarte.
- Consulta al médico si tienes enfermedades como hipertensión, diabetes o antecedentes cardíacos.
- Presta atención a las señales: si sientes mareos, palpitaciones o dolor en el pecho, detén la actividad y busca ayuda.