En el ámbito de la oncología, especialmente en pacientes pediátricos con leucemia linfoblástica aguda, el equilibrio ácido-base juega un papel esencial en el seguimiento clínico.
Tradicionalmente, este balance se evalúa mediante análisis de sangre, pero un estudio liderado por Rojas de Morales y publicado en la revista Medicina Oral, Patología Oral y Cirugía Bucal (2008) investigó si la saliva podría convertirse en una alternativa menos invasiva.

¿Cómo la saliva influye en la prevención del cáncer? Foto: composición GLR/IA/difusión
El estudio se basó en 23 pacientes entre 4 y 18 años, tratados con metotrexato, y analizó los niveles de pH y bicarbonato en sangre y saliva. Los investigadores utilizaron el coeficiente de correlación de Spearman para evaluar la relación entre ambos fluidos.
¿El resultado? No se encontró una correlación significativa entre el pH salival y sérico, aunque sí una ligera correlación entre los niveles de bicarbonato en ambos fluidos.
Estos hallazgos, aunque limitados, abren un interesante debate en torno a las posibilidades futuras de la saliva como herramienta diagnóstica. “La saliva tiene potencial en medicina preventiva, pero aún no sustituye la precisión del análisis de sangre”, comenta la Dra. Ana Ruiz, oncóloga clínica del Hospital Universitario La Paz.
Estudios recientes de universidades como la Universidad de California en Los Ángeles y la Universidad de Queensland también han explorado la saliva como biofluido diagnóstico, reconociendo su valor en pruebas rápidas, detección de infecciones o monitoreo de hormonas, aunque advierten que factores como la dieta, el estrés o el estado de la mucosa bucal pueden alterar su composición.
¿Qué beneficios tendría usar saliva para monitorear a pacientes oncológicos?
Usar saliva para monitorear a pacientes oncológicos ofrece beneficios claros en términos de comodidad y accesibilidad. A diferencia del análisis de sangre, las pruebas salivales son no invasivas, reducen el estrés del paciente y permiten una recolección más frecuente sin necesidad de personal especializado.
Según la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), la saliva contiene biomarcadores útiles que pueden reflejar procesos sistémicos, incluyendo el estado ácido-base y la presencia de agentes patológicos.