El árbol Mangifera indica, originario de la India, ha sido cultivado durante más de 4.000 años. De él no solo se aprovecha su fruto: las hojas, aunque poco conocidas, concentran compuestos que podrían beneficiar al sistema inmune, la piel y el metabolismo. Utilizadas en forma de infusión, aportan antioxidantes, sustancias antibacterianas y elementos antiinflamatorios.
¿Cómo se consumen las hojas de mango?
Según Carolina Álvarez, instructora en medicina holística, las hojas del mango no se consumen directamente, sino mediante infusiones calientes. Su uso ayuda a reducir la inflamación, controlar los niveles de glucosa y complementar tratamientos contra la diabetes. No sustituyen un tratamiento médico, pero pueden ser una herramienta natural adicional.
Uno de los principales beneficios de las hojas de mango es su capacidad para combatir el daño celular. Gracias a su concentración de polifenoles, estas hojas ayudan a proteger la visión, mantener la piel joven y fortalecer las defensas del organismo frente a enfermedades.

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Ayudan a controlar la glucosa y peso
Diversos estudios indican que estas hojas influyen positivamente en el metabolismo de las grasas. Esto permite un mejor manejo de la glucosa en personas con diabetes tipo 2. Además, su efecto sobre el metabolismo puede favorecer la quema de grasa cuando se acompaña con ejercicio y una dieta equilibrada.

Las hojas de mango ayudan a controlar la glucosa y el peso.
¿Qué beneficios ofrece las hojas de mango para la piel?
Más allá de sus efectos internos, las hojas del mango también ofrecen beneficios visibles. Sus antioxidantes ayudan a mejorar la apariencia de la piel, retrasan el envejecimiento prematuro y podrían reducir la inflamación cutánea. Su consumo responsable puede formar parte de una rutina de bienestar integral.