El futbolista Christian Cueva fue acusado de agredir a un jugador rival durante un encuentro entre Emelec y Barcelona SC, lo que llevó a su expulsión y a una suspensión de dos partidos. El periodista Leonel Rodríguez Erazo reportó que la Comisión Disciplinaria aplicó sanciones severas tras los incidentes que empañaron el clásico, en un ambiente tenso donde los aficionados lanzaron objetos al campo y la trifulca terminó el juego. Esta situación abre la puerta para analizar el comportamiento agresivo y cómo manejarlo sin perder el control.
¿Qué es la agresión y por qué resulta tan dañina?
Según la Real Academia Española (RAE), la agresividad es una inclinación hacia la violencia. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la conducta violenta como aquella que causa daño físico, psicológico o limita el desarrollo personal de otro individuo. Desde esta perspectiva, entender qué implica la agresión ayuda a reconocerla y protegerse. Según el centro Y.R Psicología de Cerdanyola, las respuestas ante una persona agresiva pueden variar entre bloqueo, miedo o reacciones impulsivas, y es fundamental identificar esta conducta para evitar daños emocionales.

La agresividad es una inclinación hacia la violencia.
¿Cuáles son las características comunes en personas agresivas?
Las personas que manifiestan agresividad suelen compartir varios rasgos que dificultan las relaciones sanas:
- Incapacidad para aceptar puntos de vista distintos
- Actitud defensiva y confrontacional en las conversaciones
- Necesidad constante de controlar a otros por desconfianza
- Negación de responsabilidades y tendencia a culpar a terceros
- Dificultad para gestionar emociones como la ira
- Falta de empatía hacia sus propias emociones y las ajenas
- Conductas manipulativas para ejercer control
Estos aspectos generan conflictos frecuentes y hacen complejo mantener una convivencia armónica.
¿Cómo identificar la agresión en nuestro entorno?
No siempre resulta sencillo reconocer cuando alguien ejerce violencia emocional o física. Es habitual minimizar o justificar el comportamiento agresivo, especialmente si proviene de personas cercanas como familiares o parejas. Reconocer el trato hostil es el primer paso para protegerse y preservar la salud mental. No aceptar insultos, amenazas o humillaciones contribuye a establecer límites claros.
¿Qué estrategias pueden ayudar a manejar a una persona agresiva?
Frente a un individuo que muestra conductas violentas, expertos recomiendan:
- Mantener la calma y evitar responder con agresividad
- Comunicar asertivamente sin caer en provocaciones
- Establecer límites firmes sobre lo que no se tolerará
- Buscar apoyo profesional si la situación se vuelve insostenible
- Considerar la distancia emocional o física cuando sea necesario
Estos recursos favorecen el autocuidado y previenen daños mayores.
¿Por qué la agresión impacta también a quien la ejerce?
Según el portal Psicología y Mente, quienes adoptan una conducta agresiva suelen tener problemas para controlar impulsos y, aunque causen daño a otros, también se perjudican a sí mismos. Esta personalidad busca imponer control y liderazgo, a menudo por frustración o inseguridad, y tiende a iniciar conflictos por malentendidos. Algunos se arrepienten de sus actos, pero no siempre muestran disculpas genuinas, complicando la resolución de conflictos.
¿Qué hacer para no perder la estabilidad frente a la violencia?
La clave para protegerse ante la agresión reside en la autoconciencia y el reconocimiento de los límites personales. Mantener una postura firme, sin caer en la provocación, permite preservar la serenidad. Además, el apoyo de familiares, amigos o especialistas puede ser vital para sobrellevar estas situaciones con éxito. Entender que no se debe tolerar ningún tipo de violencia es fundamental para mantener el bienestar emocional.