El aumento de casos de cáncer colorrectal temprano en personas menores de 50 años ha despertado preocupación en la comunidad médica global. Ahora, una nueva investigación de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), sugiere que el cáncer colorrectal de aparición temprana podría tener origen en la infancia.
Según este estudio, los factores de riesgo no se limitan a conductas recientes, sino que podrían estar relacionados con exposiciones ocurridas durante la niñez o adolescencia. Estas influencias actuarían de forma acumulativa a lo largo de los años, aumentando la posibilidad de desarrollar la enfermedad en etapas tempranas de la adultez.
Exposiciones en etapas tempranas de la vida
Investigadores de la OMS advierten que los factores del cáncer colorrectal temprano podrían estar presentes desde la infancia.
Los investigadores del IARC proponen que ciertos hábitos alimentarios, el entorno ambiental, el uso temprano de antibióticos y otros factores relacionados con la microbiota intestinal podrían formar parte de un cóctel de influencias desde la infancia. Esto explicaría por qué personas sin antecedentes directos y con estilos de vida saludables en la adultez aún desarrollan cáncer colorrectal temprano.
La evidencia apunta a que estos factores no actúan de forma aislada, sino que su impacto se acumula con el tiempo. Esto hace urgente reevaluar estrategias de prevención desde una perspectiva más integral y a largo plazo.
Nuevas líneas para la prevención y diagnóstico precoz
El aumento de casos en adultos jóvenes lleva a los expertos a considerar la infancia como etapa clave para la prevención.
Ante este panorama, los expertos de la OMS subrayan la necesidad de implementar políticas sanitarias que aborden el riesgo desde edades más tempranas. Promover una buena alimentación infantil, evitar la exposición a contaminantes y fomentar chequeos médicos adecuados desde la adolescencia podrían ser medidas clave.
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Este nuevo enfoque no solo ayudaría a reducir los casos de cáncer colorrectal de aparición temprana, sino también a mejorar los sistemas de detección precoz. Detectar la enfermedad antes de que avance puede significar la diferencia entre un tratamiento exitoso y uno complejo o tardío.
