Aunque muchos sueñan con una relación estable, amorosa y sin sobresaltos, no todas las personas se sienten realmente atraídas por ese tipo de vínculo. El amor sano existe, sí, pero hay quienes lo perciben como aburrido o desconectado. ¿La razón? Según la psicóloga Begoña del Campo, la clave está en lo que nuestro sistema emocional ha aprendido como “normal”.

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En un video que se ha viralizado en TikTok, Del Campo afirma: “Te voy a contar algo que nunca se dice en voz alta: a muchas personas no les atrae el amor sano, les aburre”. Lo que parece una afirmación provocadora es, en realidad, una reflexión profunda sobre cómo nuestras experiencias infantiles moldean nuestras elecciones afectivas.
El amor sano puede parecer aburrido si creciste con drama

El amor sano existe, sí, pero hay quienes lo perciben como aburrido o desconectado.
Muchas veces, lo que llamamos “intensidad” emocional es simplemente una repetición de patrones aprendidos en la infancia. “El cerebro no busca lo que te hace bien, busca lo que le resulta familiar”, explica la experta. Por eso, si crecimos en un entorno donde el amor estaba lleno de esfuerzo, tensión o incertidumbre, nuestro cuerpo puede interpretar la calma como algo ajeno o incluso amenazante.
Este fenómeno puede llevar a confundir el amor sano con falta de pasión. Relaciones estables, donde hay cuidado mutuo, pueden parecer “planas” si estamos acostumbrados a la montaña rusa emocional. La tranquilidad, en lugar de sentirse segura, se vuelve incómoda.
Rechazo inconsciente al amor que no duele
Uno de los puntos más reveladores del análisis de Begoña del Campo es cómo este rechazo al amor sano se manifiesta en el cuerpo. “Cuando aparece alguien que te cuida sin condiciones, tu sistema nervioso lo rechaza”, señala. Y no se trata de una decisión racional, sino de un mecanismo de defensa aprendido que se activa de forma automática.

Uno de los puntos más reveladores del análisis de Begoña del Campo es cómo este rechazo al amor sano se manifiesta en el cuerpo.
Además, agrega: “Si de pequeño tuviste que ganarte el cariño, tu mente asociará el amor al esfuerzo”. Esto explica por qué muchas personas sabotean relaciones sanas o se sienten desconectadas cuando alguien les ofrece amor genuino y sin condiciones.
¿Se puede aprender a aceptar el amor sano?
Sí, pero no es un cambio automático. Según Del Campo, el primer paso es tomar conciencia del patrón que se repite: “Entender que si repetimos historias dolorosas no es por mala suerte, sino porque estamos siguiendo caminos conocidos por nuestro sistema nervioso”.

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Después, toca hacer un trabajo de reconstrucción emocional. Enseñarle al cuerpo que el amor también puede ser sencillo, recíproco y seguro. “El amor no tiene que doler”, dice la psicóloga. Con terapia, autoconocimiento y tiempo, es posible reprogramar ese mapa emocional y permitirnos disfrutar de relaciones donde el cuidado y la calma no sean sinónimo de rutina, sino de verdadera conexión.