Los riñones son los encargados de filtrar la sangre y eliminar toxinas a través de la orina. Para cumplir esta función vital, el agua es esencial. De hecho, más del 50 % del cuerpo humano está compuesto por agua y la sangre contiene hasta un 80 %, según datos del Instituto Nacional de la Salud de EE.UU.
Beber 2 litros al día: ¿mito o realidad?
La recomendación de consumir dos litros diarios sigue vigente por una razón: esta cantidad favorece el correcto funcionamiento renal. Cuando el cuerpo recibe la hidratación adecuada, los riñones trabajan con mayor eficiencia y se reduce el riesgo de infecciones urinarias o formación de cálculos, según la Clínica Mayo.

La recomendación de consumir dos litros diarios.
¿Qué pasa si tomas menos agua?
Ignorar la hidratación puede afectar la salud en muchos niveles. Entre los efectos se incluyen estreñimiento, migrañas, fatiga e incluso hipertensión. Además, los adultos mayores y personas con diabetes tienden a sentir menos sed, lo que eleva el riesgo de deshidratación silenciosa.
¿Existen riesgos al excederse?
Aunque beber agua es vital, hacerlo en exceso puede provocar problemas como hiponatremia. Esta condición ocurre cuando los niveles de sodio en la sangre disminuyen peligrosamente, provocando síntomas como náuseas, debilidad y, en casos extremos, daños cerebrales. La Fundación Española del Corazón advierte que este exceso puede ser especialmente riesgoso para personas con enfermedades renales o cardíacas.

Excederse provoca náuseas, debilidad y, en casos extremos, daños cerebrales.
Efectos concretos en los riñones
Cuando recibes la cantidad adecuada de agua, tus riñones filtran mejor las sustancias tóxicas y eliminan desechos con mayor facilidad. El proceso de limpieza se vuelve más fluido y se previene el sobreesfuerzo de estos órganos. Además, el color y olor de la orina son buenos indicadores: si notas alteraciones, conviene acudir a un especialista.

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Claves para hidratarte correctamente
Para lograr una buena salud renal, no basta con tomar agua. También es recomendable consumir frutas y verduras con alto contenido acuoso (como pepino, lechuga y sandía), evitar bebidas azucaradas o con cafeína, y distribuir la ingesta de agua a lo largo del día.
Beber dos litros de agua diarios puede ser beneficioso para la salud renal, siempre que se adapte a tus necesidades físicas y médicas. Escuchar al cuerpo, observar las señales y consultar a un médico si algo cambia, es fundamental para mantener un equilibrio saludable.