Descubrir que eres intolerante a la lactosa puede generar dudas sobre qué lácteos consumir sin molestias. Esta condición, que afecta entre 30 y 50 millones de personas en Estados Unidos, se debe a la dificultad del cuerpo para digerir la lactosa, el azúcar natural de la leche. Según Beth Ferrell Jenks, dietista y profesora adjunta en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, quienes la padecen suelen presentar síntomas como gases, hinchazón, náuseas, diarrea y dolor abdominal poco después de consumir lácteos.
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Sin embargo, la intolerancia a la lactosa no significa que debas eliminar todos los productos lácteos de tu dieta. La gastroenteróloga Suneeta Krishnareddy, del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, señala que la tolerancia a distintos lácteos varía entre personas, y que algunos productos, como los quesos duros y el yogur, pueden ser consumidos con menor riesgo de síntomas desagradables.
¿Qué es la intolerancia a la lactosa y cómo afecta tu digestión?
La intolerancia a la lactosa ocurre porque el cuerpo reduce progresivamente la producción de lactasa, la enzima necesaria para descomponer la lactosa en el intestino. Según Nitin K. Ahuja, gastroenterólogo de Penn Medicine en Filadelfia, esta disminución es común en la adultez y puede desencadenar desde molestias leves hasta náuseas y vómitos tras consumir productos lácteos.
La intolerancia a la lactosa ocurre porque el cuerpo reduce progresivamente la producción de lactasa, la enzima necesaria para descomponer la lactosa en el intestino.
Para manejar esta condición, los especialistas recomiendan un enfoque gradual: comenzar eliminando todos los lácteos y luego reintroducir poco a poco ciertos alimentos para evaluar la tolerancia individual. La clave está en aprender qué lácteos provocan síntomas y cuáles pueden incorporarse con seguridad.
Alimentos lácteos recomendados y limitados para intolerantes a la lactosa
Productos lácteos a evitar o consumir con precaución:
- Leche entera o desnatada: Contiene aproximadamente 12 gramos de lactosa por taza, un nivel que puede superar el límite tolerable para muchas personas, advierte Ella Haddad, dietista y profesora emérita de nutrición en la Universidad de Loma Linda.
- Quesos frescos o sin madurar: Como el requesón o queso fresco, tienen más lactosa porque no pasan por un proceso de curación. Beth Ferrell Jenks señala que estos quesos blandos y húmedos pueden generar molestias si se consumen en exceso.
- Helados tradicionales: A menudo ricos en leche, estos productos contienen altos niveles de lactosa y deben limitarse. La doctora Haddad recomienda verificar si la nata es el ingrediente principal para reducir el contenido de lactosa.
Productos más seguros para consumir:
Los productos fermentados como el Kéfir contienen bacterias beneficiosas que ayudan a descomponer la lactosa, facilitando su digestión.
- Quesos curados: Variedades como parmesano, cheddar y suizo han sido madurados, lo que reduce considerablemente la lactosa y los hace más digeribles, según Suneeta Krishnareddy.
- Yogur y kéfir: Estos productos fermentados contienen bacterias beneficiosas que ayudan a descomponer la lactosa, facilitando su digestión.
- Mantequilla: Debido a su alto contenido graso y bajo en lactosa, es generalmente bien tolerada.
- Productos sin lactosa y leches vegetales: Además de las opciones tradicionales, muchos supermercados ofrecen versiones de leche, quesos y yogures sin lactosa. Las leches de almendra, avena o soya son excelentes alternativas.
Consejos adicionales para manejar la intolerancia a la lactosa
Para quienes necesitan un extra de apoyo, los suplementos de lactasa pueden ser una ayuda efectiva para digerir mejor los lácteos, según explica la gastroenteróloga Krishnareddy. También es vital prestar atención a las etiquetas de los alimentos procesados, pues la lactosa puede estar presente en productos inesperados.
Finalmente, aunque muchas personas pueden identificar sus síntomas por sí mismas, el diagnóstico médico es fundamental para descartar otras condiciones como alergias alimentarias o enfermedades inflamatorias intestinales, recomienda el Dr. Ahuja. Acudir a un especialista garantiza un tratamiento adecuado y una mejor calidad de vida.
