La malnutrición se ha convertido en uno de los desafíos sanitarios más urgentes del siglo XXI, afectando tanto a países en desarrollo como a naciones industrializadas. Lejos de ser un problema exclusivo de la pobreza extrema, hoy en día conviven dos caras de una misma crisis: la desnutrición y la obesidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una seria advertencia sobre esta “doble carga” de la malnutrición, que impacta especialmente a niños, niñas y adolescentes en todo el mundo. Este fenómeno no solo compromete el desarrollo físico y cognitivo de millones de personas, sino que también pone en jaque los sistemas de salud pública y el futuro económico de las sociedades.
La doble carga de la malnutrición
La malnutrición, según la OMS, se refiere a las deficiencias, excesos o desequilibrios en la ingesta de energía y/o nutrientes. Este término abarca tres grupos principales de condiciones:
- Desnutrición: Incluye el retraso en el crecimiento (baja talla para la edad), emaciación (bajo peso para la talla) y bajo peso para la edad.
- Malnutrición relacionada con micronutrientes: Deficiencias o excesos de vitaminas y minerales esenciales.
- Sobrepeso, obesidad y enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta: Como enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer.
Esta "doble carga" de la malnutrición es especialmente preocupante en países de ingresos bajos y medianos, donde la desnutrición infantil coexiste con tasas crecientes de obesidad en adultos.
Estadísticas alarmantes
En 2024, se estimó que 150.2 millones de niños menores de 5 años sufrían de retraso en el crecimiento, 42.8 millones presentaban emaciación y 35.5 millones tenían sobrepeso.

La pandemia incrementó la brecha para acceder a los alimentos saludables en zonas de pobreza extrema. Foto: composición GLR/difusión
Además, en 2023, alrededor de 733 millones de personas enfrentaron hambre, lo que equivale a una de cada once personas a nivel mundial y una de cada cinco en África.
La obesidad también ha aumentado significativamente. En 2022, más de 1,000 millones de personas vivían con obesidad, lo que representa una de cada ocho personas en el mundo.
Factores contribuyentes
Varios factores han contribuido al aumento de la malnutrición global:
- Conflictos y desplazamientos: Las guerras y crisis políticas han interrumpido la producción y distribución de alimentos.
- Cambio climático: Eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones, han afectado la agricultura y la seguridad alimentaria.
- Impacto económico de la pandemia: La COVID-19 ha exacerbado las desigualdades económicas, dificultando el acceso a alimentos nutritivos.
Estos factores han llevado a un aumento en la inseguridad alimentaria y han dificultado los esfuerzos para combatir la malnutrición.