Durante años, la cúrcuma y el té verde han sido celebrados en el mundo de la nutrición como aliados del bienestar y la prevención de enfermedades. No obstante, investigaciones recientes han despertado alarmas sobre sus posibles efectos adversos en el hígado, especialmente cuando se consumen en altas dosis o en suplementos concentrados.
Un artículo publicado por HealthDay News señala que expertos de la Universidad de Míchigan analizaron más de 1.100 casos de daño hepático registrados en Estados Unidos, y encontraron que un porcentaje creciente estaba relacionado con el consumo de productos botánicos, entre ellos extractos de cúrcuma y té verde.

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Del beneficio al riesgo: todo depende de la dosis
Los investigadores explican que el problema no radica tanto en el consumo ocasional de estos productos en su forma natural, sino en su uso en suplementos concentrados. “Muchas personas los consumen bajo la idea de que son completamente seguros por ser ‘naturales’, pero olvidan que todo compuesto activo puede tener efectos secundarios”, indicó la doctora Rohit Satoskar, hepatóloga citada en HealthDay.
La cúrcuma, conocida por sus propiedades antiinflamatorias, y el té verde, rico en antioxidantes, pueden convertirse en una amenaza si se consumen de manera desmedida o en combinación con otros fármacos. En algunos casos, se han asociado con hepatitis inducida por suplementos.

Las infusiones consumidas moderadamente pueden ayudarte a mejorar tu salud. Foto: composición GLR/difusión

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Un llamado a la moderación y al asesoramiento profesional
Los especialistas recomiendan evitar la automedicación con productos naturales y consultar siempre con un profesional de la salud antes de incorporar nuevos suplementos a la dieta, incluso si están catalogados como “superalimentos”.
Este giro en la percepción pública invita a reflexionar sobre los límites del “todo natural es mejor” y subraya la importancia de una vida saludable basada en el equilibrio, la evidencia científica y el criterio médico.