La alfalfa (Medicago sativa), una planta leguminosa utilizada tradicionalmente como forraje, ha cobrado protagonismo en la nutrición humana por sus propiedades terapéuticas. Su infusión en agua —conocida como agua de alfalfa— es una bebida natural rica en vitaminas A, C, E y K, así como minerales como hierro, calcio y magnesio.
Según un artículo de Clarín, el agua de alfalfa “actúa como depurativa, combate la fatiga y favorece la regeneración celular”, lo que la convierte en una opción atractiva dentro de las tendencias de alimentación saludable.

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Un impulso natural contra la anemia
Uno de los beneficios más destacados del agua de alfalfa es su capacidad para prevenir y tratar la anemia, especialmente la ferropénica. Gracias a su alto contenido de hierro vegetal y clorofila, esta bebida puede contribuir a mejorar la producción de glóbulos rojos y combatir la fatiga asociada a esta condición.
La nutricionista española María Real Capell, consultada por medios de salud natural, explica que “el hierro presente en las plantas verdes, como la alfalfa, se absorbe mejor cuando se combina con vitamina C”. Por eso, muchos expertos recomiendan consumir el agua de alfalfa con unas gotas de limón, potenciando así su efecto hematínico.
Reducción del colesterol y salud cardiovascular
El consumo regular de agua de alfalfa también puede contribuir a la disminución del colesterol LDL (malo) y al aumento del colesterol HDL (bueno). Esto se debe a su contenido en saponinas, compuestos naturales que reducen la absorción intestinal del colesterol y favorecen su excreción.
En este sentido, estudios publicados en revistas de fitoterapia y nutrición han destacado la eficacia de las saponinas en el control de lípidos en sangre, situando a la alfalfa como un recurso natural prometedor en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Un aliado detox y digestivo
Además de combatir la anemia y el colesterol, el agua de alfalfa cumple una función detoxificante. Actúa como un diurético suave, ayudando al cuerpo a eliminar toxinas y exceso de líquidos, lo que también favorece la salud renal y digestiva.
Un informe de National Geographic sobre tés e infusiones naturales resalta que las plantas como la alfalfa, el romero o el jengibre se están incorporando cada vez más en rutinas de bienestar. Estas infusiones no solo tienen beneficios físicos, sino que aportan al equilibrio emocional y reducen el estrés, gracias a sus propiedades relajantes.

Descubre las múltiples propiedades que tiene el agua de alfalfa. Foto: composición GLR/difusión

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¿Cómo y cuándo tomar agua de alfalfa?
El momento ideal para consumir agua de alfalfa es por la mañana, en ayunas, ya que así se maximiza su efecto detox y se favorece la absorción de nutrientes. Puede tomarse sola o mezclada con limón, pepino o jengibre para potenciar su sabor y sus propiedades.
Se recomienda prepararla con hojas frescas o germinados de alfalfa, dejándolas reposar en agua durante unas horas y luego colando la bebida. No se aconseja exceder su consumo, especialmente en personas con problemas hormonales o que toman anticoagulantes, ya que la alfalfa contiene vitamina K.
Una tendencia natural con respaldo científico
A medida que las personas buscan alternativas naturales a los suplementos y fármacos, bebidas como el agua de alfalfa están ganando popularidad. Su perfil nutricional, su bajo costo y su versatilidad la convierten en una opción ideal para quienes desean cuidar su salud con soluciones accesibles.