En el Perú, el pan sigue siendo un alimento esencial en la mesa de muchas familias y puede formar parte de una dieta saludable si se eligen las variedades adecuadas. Especialistas en nutrición coinciden en que, al optar por versiones integrales o pan de masa madre, se puede obtener un aporte significativo de nutrientes beneficiosos para el organismo.
El pan integral, en particular, conserva el salvado y el germen del grano, lo que aumenta su contenido en fibra, vitaminas del grupo B y minerales. Este tipo de pan no solo favorece una mejor digestión, sino que también contribuye a mantener estables los niveles de glucosa en sangre. Gracias a estos beneficios, los nutricionistas afirman que incluir una porción moderada de pan integral dentro de la alimentación diaria es compatible con las recomendaciones nutricionales para la población peruana.
Quienes buscan obtener el mayor beneficio del pan pueden aplicar ciertos cambios sencillos en su forma de consumirlo. Uno de los más llamativos es congelarlo antes de comerlo, una recomendación que ha ganado popularidad gracias a la doctora Karen Alarcón, gastroenteróloga con amplia experiencia y presencia en redes sociales. Según la especialista, este método puede mejorar notablemente el perfil nutricional del pan y convertirlo en una opción más saludable.
Congelar el pan antes de comerlo

Congelar el pan y luego calentarlo antes de comerlo brinda muchos beneficios.
La doctora Alarcón, gastroenteróloga y especialista en salud digestiva, ha dado a conocer un consejo que puede transformar la forma en que consumimos uno de los alimentos más comunes: el pan. Su recomendación es sencilla pero efectiva: congelar el pan y luego calentarlo antes de comerlo. Este proceso, explica la experta, puede volverlo "hasta 10 veces más saludable", gracias a los cambios que se producen en su composición al pasar por temperaturas extremas.
Al recalentar una rebanada previamente congelada, ya sea en sartén o tostadora, parte de los carbohidratos del pan se transforman en almidón resistente, un tipo de fibra prebiótica que no solo ayuda a mejorar la salud intestinal, sino que también regula los niveles de glucosa en sangre. “El almidón por efecto del calor se digiere mejor”, señala Alarcón, lo que puede aliviar molestias como la distensión abdominal o los gases. Un cambio pequeño que puede tener un gran impacto en el bienestar digestivo.
Así debes congelar y recalentar el pan para conservar sus beneficios

Cuando llegue el momento de consumir el pan luego de congelarlo, lo ideal es dejarlo descongelar a temperatura ambiente.
No basta con meter el pan al congelador sin más. Para que este truco funcione y el pan mantenga su calidad, es fundamental congelarlo correctamente. Los especialistas aconsejan envolverlo bien en film transparente o guardarlo en bolsas con cierre hermético, para evitar la absorción de olores y el deterioro por las bajas temperaturas. Además, se recomienda congelarlo lo antes posible tras su compra y consumirlo dentro de los tres meses siguientes.
Cuando llegue el momento de consumirlo, lo ideal es dejarlo descongelar a temperatura ambiente, cubierto con un paño para que no se reseque. Luego, basta con calentarlo en una sartén o una tostadora. Al hacerlo, no solo mejora su textura, sino que también se potencian los efectos positivos que describe la doctora Alarcón: mejor digestión, menos molestias y un mayor aporte de fibra prebiótica. Este truco no se limita al pan: también puede aplicarse a otros carbohidratos como el arroz o la pasta, para mejorar su tolerancia digestiva y su efecto sobre la microbiota.