En muchas rutinas de ejercicio, el estiramiento sigue siendo el gran olvidado. Se hace al final, con apuro, casi como un trámite. Sin embargo, cada vez más especialistas, como Valentina Carles, entrenadora en Solid Studio, reivindican el poder de pausar y elongar con conciencia. Para ella, los estiramientos diarios no son solo un complemento, sino una parte fundamental del cuidado del cuerpo y la mente.

PUEDES VER: Ganar músculo a los 60: el mejor ejercicio de fuerza para mujeres que pueden hacer desde casa
“Conectar con el cuerpo empieza por moverse, pero también por detenerse”, afirma Carles. Esa pausa activa que genera el estiramiento se convierte en una herramienta de bienestar profundo. Respirar, alargar, abrir espacio: todo eso forma parte de un ritual que promueve la salud, la energía y una mejor movilidad articular, incluso con movimientos simples.
Estirar es parte del entrenamiento
Según Valentina Carles, el estiramiento no debe verse como un accesorio, sino como el cierre natural de cualquier sesión de movimiento. En el método Solid, que combina pilates y entrenamiento funcional, cada clase culmina con un espacio de elongación que sirve para reconectar con el cuerpo y bajar el ritmo de forma consciente. Es un gesto de autocuidado y de presencia.

El estiramiento no debe verse como un accesorio, sino como el cierre natural de cualquier sesión de movimiento.
Beneficios más allá de la flexibilidad
Los beneficios de los estiramientos diarios no se limitan a la elasticidad. Esta práctica ayuda a corregir desequilibrios musculares, prevenir lesiones y aliviar tensiones acumuladas. En disciplinas como el pilates, se trabaja con elongación axial y descompresión vertebral, lo que favorece el alineamiento postural y mejora la eficiencia corporal. La consecuencia no es solo funcional, sino también estética: un cuerpo más erguido y estilizado.
Cómo integrar los estiramientos en tu rutina
Para mejorar la movilidad articular, no hace falta una clase completa: unos minutos al día pueden marcar la diferencia. Carles recomienda encontrar un momento personal —al despertar, antes de dormir o tras el trabajo— para mover el cuerpo con intención. “Lo importante no es cuánto estiras, sino desde dónde lo haces”, señala. Lo ideal es convertirlo en un hábito consciente, casi ritual.

El estiramiento ayuda a corregir desequilibrios musculares, prevenir lesiones y aliviar tensiones acumuladas.
Estirar también es una forma de agradecerle al cuerpo
Desde Solid Studio, centro de referencia en Madrid, promueven una filosofía holística del movimiento. El estiramiento no solo relaja: también conecta. Nos recuerda que el cuerpo merece cuidados diarios, no solo atención cuando hay dolor. Incorporar estiramientos diarios con atención y gratitud puede transformar nuestra relación con el movimiento y con nosotros mismos.