El reciente accidente de tránsito que sufrió Pamela López junto a sus hijos ha puesto en evidencia no solo los daños físicos, sino también el impacto emocional que estos eventos pueden causar en los niños. Aunque en muchos casos la atención se centra en las lesiones visibles, los efectos psicológicos pueden ser igual o más profundos, especialmente en los menores que atraviesan esta experiencia traumática.
Especialistas en salud mental infantil señalan que tras un accidente, los niños pueden presentar síntomas variados que no siempre son fáciles de detectar, desde ansiedad y pesadillas hasta cambios en su comportamiento y rendimiento escolar. Por ello, es fundamental que los padres y cuidadores estén atentos y busquen ayuda profesional a tiempo.
Síntomas comunes tras un trauma infantil

La atención psicológica oportuna es clave para ayudar a los niños a superar el impacto emocional tras un accidente de tránsito.
La mayoría de los niños logran recuperarse emocionalmente en el transcurso de un mes después de un accidente. Sin embargo, en algunos casos, los efectos pueden extenderse en el tiempo y requerir apoyo especializado. Según un artículo publicado en Steinberg Law Firm, algunos de los síntomas más frecuentes incluyen pesadillas, revivir el incidente a través del juego o pensamientos, ansiedad generalizada, resistencia a actividades relacionadas con el accidente, y cambios de humor como enfado o tristeza persistente.
Otros signos de alerta son la regresión en habilidades ya adquiridas (como volver a mojar la cama), pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban, fatiga constante, autolesiones, o incluso un descenso en el rendimiento escolar. En los más pequeños, la dificultad para expresar lo que sienten puede hacer que estos síntomas pasen desapercibidos, por lo que la observación cercana y oportuna es fundamental.
Buscar ayuda profesional a tiempo es clave

Especialistas en salud mental infantil señalan que tras un accidente, los niños pueden presentar síntomas variados que no siempre son fáciles de detectar.
Los expertos señalan que, cuando se detectan estos síntomas, la intervención temprana puede marcar la diferencia. La terapia psicológica, especialmente con profesionales especializados en trauma infantil, puede ofrecer un espacio seguro para que el niño procese lo vivido. En el caso de niños muy pequeños que aún no pueden comunicarse verbalmente, los expertos recomiendan trabajar de la mano con el pediatra para definir el mejor enfoque de tratamiento.
Sin embargo, el acceso a estos servicios en el Perú, como en muchos países, puede ser limitado. Algunas familias se enfrentan a tiempos de espera de semanas o incluso meses para conseguir una cita con un psicólogo especializado que acepte seguros. Mientras tanto, la mejor opción es apuntarse a listas de espera, consultar constantemente por cancelaciones, o buscar ayuda privada, aunque no sea ideal. Lo importante es no dejar pasar el tiempo, ya que un tratamiento oportuno puede prevenir secuelas emocionales de largo plazo.