Ricardo Rondón sería “alcahuete” de Maju Mantilla tras presunta infidelidad: ¿qué significa el término y por qué genera rechazo?
Ricardo Rondón sería “alcahuete” de Maju Mantilla tras presunta infidelidad: ¿qué significa el término y por qué genera rechazo?

Ricardo Rondón sería “alcahuete” de Maju Mantilla tras presunta infidelidad: ¿qué significa el término y por qué genera rechazo?

|19 septiembre 2025

El sorpresivo anuncio de renuncia de Maju Mantilla al programa 'Arriba mi gente' dejó desconcertados a sus compañeros y al público. Sin embargo, el drama no terminó ahí. Poco después, Gustavo Salcedo, su aún esposo, habría revelado detalles comprometedores en torno a presuntas infidelidades, y un nombre salió a relucir: Ricardo Rondón. Según versiones expuestas por la productora Verónica Alcántara, Salcedo lo señaló como facilitador de los encuentros clandestinos entre la exfigura de Latina y Christian Rodríguez, productor del espacio matutino. La indignación pública creció al difundirse la palabra “alcahuete” para describir el presunto rol de Rondón en esta historia.

¿Qué significa ser un “alcahuete” y por qué genera tanto rechazo?

La palabra “alcahuete” ha sido ampliamente utilizada en países hispanohablantes, aunque su significado puede variar dependiendo del contexto. Según el portal DeConceptos.com, se trata de alguien que encubre, facilita o incluso promueve relaciones amorosas secretas o ilícitas. El término, que proviene del árabe “al-qawwād”, solía hacer referencia a un “mensajero” de amoríos ocultos. Desde la Edad Media, el alcahuete ha sido retratado como un personaje que media entre amantes prohibidos, generalmente con intereses personales de por medio. Su rol no solo es cuestionado moralmente, sino que suele estar asociado con manipulación, traición y oportunismo.

¿Por qué el “alcahuete” tiene una imagen tan negativa?

El desagrado hacia los llamados alcahuetes proviene de su aparente falta de ética y su participación activa en asuntos privados que no le competen. Lejos de ser un simple espectador, este personaje se involucra en dinámicas sentimentales ajenas, ya sea para obtener favores, beneficios o simplemente por un deseo de protagonismo.

En este sentido, la figura del alcahuete es vista como una interferencia en la intimidad de otros, alguien que sacrifica la honestidad por conveniencia personal.

Falta de ética

El desagrado hacia los llamados alcahuetes proviene de su aparente falta de ética.

¿En qué contextos se usa la palabra alcahuete?

En distintas regiones, el significado de “alcahuete” se ha ampliado. En algunos países latinoamericanos, se aplica a personas que consienten o permiten comportamientos cuestionables, como padres demasiado indulgentes o amigos que justifican malas acciones. En otros lugares, también se utiliza como sinónimo de adulador o chismoso. Esta variedad de usos refleja una constante: el alcahuete rara vez es percibido como alguien íntegro. Más bien, se le ve como una figura manipuladora, oportunista y permisiva con lo incorrecto, cualidades que refuerzan su mala fama.

¿Existe un perfil psicológico del alcahuete?

Desde la psicología, el terapeuta Tomás Angulo ha señalado que el alcahuetismo puede estar presente en diversos entornos: amistades, familias, parejas. Según el especialista, este tipo de persona suele desempeñar el papel de “confidente permisivo”, que en lugar de confrontar el error, lo encubre. Se trata de alguien que, por lealtad mal entendida o por miedo a perder la aprobación del otro, prefiere guardar silencio o incluso colaborar con el comportamiento reprochable. Esta actitud, aunque parezca inofensiva, puede generar dinámicas tóxicas y fomentar la impunidad en contextos personales y sociales.

¿Puede un “alcahuete” ser considerado cómplice?

Cuando una persona facilita activamente situaciones inmorales o encubre hechos que afectan a terceros, su rol puede pasar de observador pasivo a cómplice directo. En el caso de Ricardo Rondón, si se llegara a comprobar alguna participación en encuentros fuera del marco de la discreción profesional, el calificativo que hoy circula en medios no sería solo un apodo mediático, sino un juicio moral que podría afectar su reputación. Más allá de los titulares, este debate invita a reflexionar sobre los límites de la lealtad, la privacidad y la responsabilidad individual en las relaciones humanas.

¿Qué consecuencias tiene el alcahuetismo en la vida real?

El problema de ser “alcahuete” no solo es ético, sino también social. Las personas que asumen este papel suelen quedar atrapadas en redes de mentira y manipulación, dañando vínculos y fomentando desconfianza. Aunque en algunos círculos puede parecer una muestra de apoyo o camaradería, en realidad termina debilitando la integridad de todos los involucrados.