Durante mucho tiempo, el apéndice fue considerado un órgano vestigial, un pequeño “dedo” ubicado donde el intestino delgado se une al grueso, que no cumplía ninguna función real en el cuerpo humano. Sin embargo, el catedrático de Microbiología e investigador Ignacio López-Goñi, director del Museo de Ciencias de la Universidad de Navarra, señala que esta visión ha cambiado radicalmente. Aunque es cierto que muchas personas pueden vivir sin apéndice, estudios recientes muestran que este órgano tiene un papel importante en la salud, especialmente en el sistema inmunológico y en la regulación de la microbiota intestinal.

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López-Goñi explica que en nuestros antepasados, el apéndice cumplía una función digestiva relacionada con una dieta rica en vegetales crudos y celulosa, algo común en otros primates como gorilas y chimpancés, donde el apéndice es mucho más grande. Sin embargo, a medida que el ser humano fue cambiando su alimentación hacia alimentos más fáciles de digerir, el apéndice se fue reduciendo y perdió su función original, aunque no desapareció, sino que evolucionó y adquirió nuevos roles en nuestro organismo.
El apéndice y su papel en el sistema inmunológico y la microbiota intestinal

Aunque muchas personas viven sin él, el apéndice cumple funciones inmunológicas clave, especialmente en los primeros años de vida.
El experto señala que el apéndice actúa como un órgano linfoide, fundamental en los primeros años de vida, ayudando a la maduración de linfocitos B y a la producción de anticuerpos, en especial la inmunoglobulina A. Esta proteína es esencial para mantener la calidad y cantidad de la microbiota intestinal, el conjunto de bacterias y microorganismos que habitan en nuestro intestino y que son clave para nuestra salud.
La microbiota del apéndice es especialmente diversa, con bacterias como Firmicutes, Bacteroidetes y Proteobacteria, que no se encuentran en la misma abundancia en otras partes del tracto gastrointestinal. Estudios muestran que la extirpación del apéndice, o apendicectomía, se asocia con una menor diversidad bacteriana beneficiosa, lo que podría provocar disbiosis intestinal, mayor vulnerabilidad a infecciones y enfermedades inflamatorias como la colitis ulcerosa. Además, el apéndice podría actuar como reservorio para repoblar el colon después de tratamientos con antibióticos o infecciones.
¿Cuándo es recomendable extirpar el apéndice?

La ciencia ha descubierto que el apéndice alberga una microbiota única, esencial para mantener el equilibrio intestinal.
Aunque el apéndice cumple funciones importantes, su inflamación, conocida como apendicitis, puede ser peligrosa y requiere intervención quirúrgica inmediata. No obstante, López-Goñi advierte que la cirugía preventiva para retirar el apéndice sin síntomas no está recomendada, ya que la apendicectomía puede conllevar riesgos como infecciones postoperatorias, hemorragias y complicaciones relacionadas con la anestesia. Además, investigaciones recientes sugieren que la extirpación podría estar vinculada a un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y de Parkinson.

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El microbiólogo destaca que esta recomendación también ha cambiado en misiones especiales, como en la Antártida o en el espacio, donde antes se realizaba la extirpación preventiva debido a la dificultad de atención médica. Hoy en día, instituciones como la NASA prefieren mantener el apéndice y enfocarse en la salud general y el soporte médico de los astronautas.