Durante una reciente transmisión en sus redes sociales, el presentador Carlos Galdós compartió su firme decisión de no dejar bienes materiales a sus tres hijos. Afirmó que ya comunicó este pensamiento a su familia y que no desea alimentar disputas futuras entre hermanos. Para él, una herencia innecesaria podría propiciar desacuerdos y depender de recursos que aún no se han ganado. Esta visión ha generado opiniones divididas entre quienes lo consideran un gesto de responsabilidad y quienes lo ven como una omisión de deber paterno.
¿Dejar herencia a los hijos es siempre lo mejor?
La psicóloga familiar Inés Álvarez explica que entregar un patrimonio sin bases educativas puede limitar el desarrollo de la autonomía. A su vez, el abogado Abel Marín, autor en materia de herencias, advierte que dividir propiedades sin planificación suele provocar enfrentamientos entre herederos. Ambos coinciden en que el valor del legado no debe medirse solo en dinero.
¿Qué efectos negativos puede tener una herencia en los hijos?
- Dependencia económica: Cuando el dinero sustituye al esfuerzo, algunos hijos pierden motivación para trabajar o emprender.
- Disputas familiares: La falta de claridad legal en la distribución suele desencadenar enfrentamientos legales o personales.
- Pérdida de enfoque: Priorizar el beneficio económico por encima de la formación, el respeto y la empatía puede debilitar la educación emocional.

Expertos indican si es bueno o malo dejar herencia a los hijos.
¿Cuáles son los beneficios de dejar herencia con planificación?
- Estabilidad financiera: Un respaldo bien administrado puede cubrir emergencias y facilitar proyectos personales.
- Legado estructurado: Un testamento claro refleja el deseo de proteger a los seres queridos sin fomentar conflictos.
- Oportunidad de crecimiento: Bajo ciertas condiciones, el dinero puede impulsar metas sin sustituir el esfuerzo propio.
¿Cómo enfocar la herencia a los hijos de forma saludable?
Los especialistas proponen estrategias que buscan equilibrio entre apoyo y autonomía:
- Establecer un testamento que evite ambigüedades.
- Fomentar la educación financiera desde la infancia.
- Repartir con justicia, sin crear jerarquías implícitas entre los hermanos.
- Considerar opciones como vender bienes antes del fallecimiento para evitar copropiedades forzadas.