Nidia Bermejo, Olinda de 'Al fondo hay sitio', criticada por trato a perrito callejero: qué revela el maltrato animal sobre la conducta humana
Nidia Bermejo, Olinda de 'Al fondo hay sitio', criticada por trato a perrito callejero: qué revela el maltrato animal sobre la conducta humana

Nidia Bermejo, Olinda de 'Al fondo hay sitio', criticada por trato a perrito callejero: qué revela el maltrato animal sobre la conducta humana

|05 septiembre 2025

Nidia Bermejo, actriz que interpreta a Olinda Zapallal en la serie “Al fondo hay sitio”, ha sido duramente cuestionada en redes sociales tras la difusión de un video que muestra su interacción con un perrito callejero durante una grabación. En las imágenes, se observa cómo la actriz aparta al animal con el pie mientras este caminaba por el set. La escena generó malestar entre usuarios que consideraron el acto como un gesto de indiferencia o desprecio hacia un ser indefenso.

Según la cobertura del hecho recogida por diversos medios y comentarios de especialistas en conducta humana, el comportamiento reflejado en el video no solo afecta la imagen pública de la artista, sino que también abre el debate sobre una problemática mayor: el maltrato animal. De acuerdo con el portal UNAM Global, este tipo de acciones pueden estar vinculadas con factores psicológicos más profundos que no deben ser ignorados.

¿Qué revela el maltrato animal desde la psicología?

El maltrato hacia animales no solo representa un acto de violencia, sino que puede indicar alteraciones en el desarrollo emocional o dificultades para establecer vínculos empáticos. Diversos expertos sostienen que esta conducta se asocia a una baja capacidad de reconocer el sufrimiento ajeno, especialmente cuando se presenta de manera reiterada o sin justificación evidente. Además, cuando estos actos ocurren durante la infancia o adolescencia, pueden relacionarse con patrones violentos en etapas posteriores de la vida.

En el caso específico de la actriz, si bien no se trata de un acto extremo, sí se pone en discusión el grado de sensibilidad o desconexión emocional que algunas personas pueden tener hacia los animales. La psicóloga consultada por la UNAM indica que no toda agresión hacia un animal implica una patología, pero sí refleja normalización de la violencia o falta de conciencia sobre el sufrimiento ajeno.

Perrito triste

El maltrato hacia animales puede indicar alteraciones en el desarrollo emocional .

¿Por qué algunas personas maltratan animales?

De acuerdo con especialistas en salud mental, hay distintos factores detrás del maltrato animal, entre ellos:

  • Ausencia de empatía: Dificultad para conectar con el dolor de otros seres vivos.
  • Indicadores de agresividad: Conductas violentas hacia animales pueden anticipar problemas de control de impulsos o conductas antisociales.
  • Trastornos psicológicos: Algunos casos se relacionan con desórdenes como el trastorno disocial o el trastorno de personalidad antisocial.
  • Entornos violentos: Familias o comunidades donde la violencia es habitual suelen reproducir este tipo de conductas hacia los más vulnerables.
  • Búsqueda de control: El deseo de dominar a seres indefensos puede reflejar frustración, resentimiento o falta de control personal.

¿El maltrato animal puede predecir conductas peligrosas?

Aunque no se puede generalizar, varios estudios coinciden en que quienes ejercen violencia contra animales podrían desarrollar conductas agresivas contra personas. El trastorno disocial, por ejemplo, incluye entre sus síntomas la crueldad hacia los animales desde temprana edad. Sin embargo, como aclaran desde la UNAM, no todos los que cometen estos actos padecen un trastorno, aunque sí puede tratarse de señales de alerta que requieren intervención temprana.

Lo preocupante es que estos patrones, al no ser detectados ni corregidos, pueden escalar en intensidad. De ahí la importancia de promover una educación emocional basada en el respeto por la vida en todas sus formas.

¿Qué papel juega el entorno en la violencia hacia los animales?

El contexto social y familiar influye profundamente. En comunidades con escasa educación o poca conciencia sobre los derechos de los animales, se tiende a cosificarlos, restándoles valor como seres sintientes. En estos escenarios, maltratar animales se convierte en un acto normalizado, reproducido incluso por niños que imitan comportamientos adultos sin entender su gravedad.

La ausencia de campañas educativas, el desconocimiento de las leyes de protección animal y la indiferencia colectiva agravan el problema. Por ello, la sensibilización desde temprana edad se vuelve una herramienta esencial para erradicar este tipo de prácticas.

Más allá del incidente con Nidia Bermejo, el debate abierto deja claro que el trato hacia los animales no debe pasar desapercibido. Cada acto, por pequeño que parezca, puede dar pistas sobre el mundo emocional de una persona. Expertos coinciden en que es necesario observar, educar y actuar ante estas señales. El respeto hacia los animales no es solo una cuestión ética, sino también un reflejo de la salud emocional y social de una comunidad.