Un fuerte dolor de cabeza fue el primer síntoma que marcó un antes y un después en la vida del periodista deportivo peruano Erick Osores. Lo que parecía una molestia pasajera terminó siendo el inicio de un diagnóstico severo: aneurisma cerebral acompañado de hidrocefalia, dos condiciones neurológicas que pueden causar secuelas permanentes si no se detectan a tiempo.

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Al compartir su experiencia públicamente, Osores reveló que la enfermedad no solo lo obligó a alejarse por un tiempo de su labor periodística, sino que también le dejó una importante secuela: la pérdida de visión en uno de sus ojos. Su testimonio ha generado una ola de preocupación e interés por conocer más sobre esta peligrosa combinación médica, que puede afectar a cualquier persona, sin importar su edad.
¿Qué son el aneurisma cerebral y la hidrocefalia?

Un aneurisma cerebral es una dilatación anormal en una arteria del cerebro que, al romperse, puede provocar un derrame cerebral.
Según la Mayo Clinic, un aneurisma cerebral es una dilatación anormal en una arteria del cerebro que, al romperse, puede provocar un derrame cerebral. En algunos casos, esta ruptura genera una complicación llamada hidrocefalia, una acumulación de líquido cefalorraquídeo en el encéfalo que eleva la presión intracraneal.
En una entrevista con un medio local, el neurólogo Carlos Alva-Díaz explicó que esta presión puede deteriorar funciones vitales como la memoria, la movilidad e incluso la consciencia. Cuando no se trata de forma adecuada, puede dejar secuelas físicas graves, como alteraciones visuales, cognitivas y motoras.
Síntomas que no debes ignorar
Uno de los síntomas más peligrosos de esta condición suele pasar desapercibido al inicio. Sin embargo, reconocer las señales a tiempo puede ser clave para evitar complicaciones mayores.

El aneurisma cerebral puede manifestarse con intensos dolores de cabeza.
- Dolor de cabeza repentino e intenso, descrito como el peor que se haya sentido.
- Vómitos explosivos, que aparecen sin causa aparente y son difíciles de controlar.
- Rigidez en el cuello, acompañada de molestias al mover la cabeza.
- Sensibilidad a la luz (fotofobia), común en cuadros neurológicos graves.
- Confusión o desorientación, incluso en personas jóvenes.
- Pérdida de consciencia o desmayos repentinos.
- Incontinencia urinaria, por pérdida del control de esfínteres.
- Visión borrosa o alteraciones visuales repentinas.
- Debilidad generalizada, sin explicación clara.
¿Se puede prevenir esta enfermedad?

Aunque no siempre es posible evitar la aparición de un aneurisma cerebral, sí existen factores de riesgo que se pueden controlar.
Aunque no siempre es posible evitar la aparición de un aneurisma cerebral, sí existen factores de riesgo que se pueden controlar: presión arterial alta, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol y antecedentes familiares. En el caso de la hidrocefalia, su aparición suele estar asociada a otras condiciones previas, como infecciones o traumatismos craneales.
Los especialistas recomiendan hacerse chequeos regulares, sobre todo si se presentan dolores de cabeza frecuentes o si se tiene historial neurológico en la familia. Además, conocer los servicios de emergencia como el SAMU (106), Cruz Roja (251-2400) y Bomberos (116) puede ser clave ante una situación crítica.