Un descubrimiento histórico podría marcar el fin de la escasez de sangre para transfusiones en situaciones urgentes y salvar millones de vidas. Científicos japoneses de la Universidad Médica de Nara han logrado crear sangre artificial que es compatible con todos los grupos sanguíneos. Este avance tiene el potencial de transformar la medicina de emergencias, especialmente en zonas sin acceso adecuado a instalaciones médicas y en situaciones de guerra, donde las necesidades de sangre suelen ser críticas.

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Si los estudios en curso logran consolidarse, esta innovación en medicina podría cambiar para siempre la manera en que abordamos los problemas de la donación de sangre a nivel mundial.
¿Cómo se produce la sangre artificial?
El avance radica en la creación de glóbulos rojos y plaquetas cultivados en laboratorio, que luego son encapsulados en pequeñas burbujas sintéticas. Estas burbujas permiten que la sangre artificial realice las mismas funciones esenciales que la sangre humana, como transportar oxígeno y facilitar la coagulación de heridas.

Científicos japoneses crean sangre artificial compatible con todos los grupos, un avance que podría cambiar la medicina.
Una de las características más destacadas de este avance es que la sangre artificial puede ser almacenada a temperatura ambiente durante más de un año, lo cual es un gran beneficio en comparación con la sangre tradicional, que requiere refrigeración constante y tiene una vida útil mucho más corta.
El impacto potencial en la medicina global
El descubrimiento de sangre artificial universal representa una posible solución a una crisis global. Los problemas relacionados con la escasez de sangre son comunes en hospitales y clínicas, especialmente en situaciones de emergencia. Esta nueva sangre podría eliminar la dependencia de los donantes de sangre, lo que aliviaría la presión sobre los bancos de sangre en hospitales y salvaría miles de vidas cada año.
Según los expertos, este descubrimiento podría tener una gran aplicación en medicina de guerra, donde la necesidad de transfusiones urgentes es constante. Además, la sangre artificial podría ser un cambio radical en áreas con limitaciones en cuanto a infraestructura médica, donde la conservación de la sangre tradicional es un reto.

La sangre artificial ofrece una solución para la escasez de sangre y tiene el potencial de salvar millones de vidas.
¿En qué estado se encuentra la investigación sobre la sangre artificial?
La investigación comenzó en 2015, cuando los científicos japoneses comenzaron a explorar la posibilidad de encapsular hemoglobina en esferas de albúmina. En 2022, se realizó un estudio inicial para comprobar la seguridad de la sangre artificial, lo que aceleró aún más el desarrollo de esta tecnología. Ahora, la Universidad Médica de Nara ha anunciado que en 2025 comenzarán los ensayos clínicos con adultos sanos, con el objetivo de probar tanto la seguridad como la eficacia del producto.
De acuerdo con los investigadores, si los ensayos resultan exitosos, la sangre artificial podría estar disponible para su uso en el mundo real en el año 2030. Esto podría convertir a Japón en el primer país en implementar la sangre artificial universal en la atención médica, una revolución para el sector de la salud global.
La vida útil de la sangre artificial

Conservada a temperatura ambiente durante más de un año, la sangre artificial supera una de las limitaciones de la sangre tradicional.
Una de las mayores ventajas de la sangre artificial es su durabilidad. A diferencia de la sangre donada, que tiene una vida útil de menos de un mes y requiere de refrigeración constante, la sangre artificial puede conservarse hasta dos años a temperatura ambiente. Esto es especialmente importante en regiones con climas cálidos o en situaciones de emergencia, donde los recursos son limitados.
El futuro de la sangre artificial
El descubrimiento de la sangre artificial compatible con todos los grupos sanguíneos es una de las innovaciones más emocionantes de la medicina moderna. Si los ensayos clínicos continúan con éxito, este avance podría cambiar para siempre el panorama de la donación de sangre, convirtiéndose en una herramienta esencial en hospitales y zonas de conflicto. De cumplirse los plazos, la sangre artificial podría estar disponible para el público en general hacia el 2030, marcando un antes y un después en la historia de la medicina.