El envejecimiento va más allá de las arrugas: también afecta nuestros músculos a nivel celular. Según un artículo publicado en IntraMed, el deterioro de las mitocondrias está directamente relacionado con la sarcopenia, la pérdida de masa y fuerza muscular asociada a la edad. La buena noticia es que este deterioro no es irreversible.
La actividad física, en especial el entrenamiento combinado de fuerza y resistencia, puede revertir parcialmente el envejecimiento mitocondrial.
Un estudio citado por The Pulse Program destaca cómo el ejercicio estimula la biogénesis mitocondrial, es decir, la producción de nuevas mitocondrias. Esto no solo mejora la capacidad energética del músculo, sino que también lo hace más resistente al estrés y al daño celular.

PUEDES VER: ¿Quieres glúteos firmes y definidos? Este es el ejercicio que recomienda una entrenadora
Fusión, fisión y salud celular: ¿por qué importan?
Un artículo publicado en la revista científica Redox Biology analizó cómo el ejercicio afecta los genes que controlan la dinámica mitocondrial. En modelos animales, se observó que el entrenamiento físico modula la expresión de genes involucrados en la fusión y fisión mitocondrial, procesos esenciales para la calidad y la eficiencia energética celular.
Estas adaptaciones celulares tienen implicaciones directas en la prevención de enfermedades como el cáncer. La oncología moderna reconoce que las mitocondrias desempeñan un papel clave en la apoptosis (muerte celular programada), un mecanismo fundamental para evitar la proliferación de células cancerosas.
Japón y el secreto de la longevidad
Japón, uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo, ofrece un ejemplo inspirador. Las rutinas de actividad física diaria, combinadas con una dieta rica en nutrientes mitocondrialmente protectores (como pescado azul, algas y té verde), se asocian con una menor incidencia de enfermedades crónicas y un envejecimiento saludable.

El ejercicio de alta intensidad puede rejuvenecer tus células. Foto: composición GLR/difusión
Los investigadores han empezado a explorar cómo estas prácticas influyen en la salud mitocondrial y si podrían replicarse en otros contextos para combatir enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como el Alzheimer, la diabetes tipo 2 y diversos tipos de cáncer.

PUEDES VER: ¿Hacer ejercicio da más hambre? Esto dice la ciencia sobre el apetito después de entrenar
Entrenamiento con propósito: salud más allá del físico
No se trata solo de ganar músculo o perder peso. Ejercitarse con regularidad, especialmente mediante rutinas que incluyan intervalos de alta intensidad (HIIT), puede ser una de las estrategias más poderosas para rejuvenecer nuestras células y protegernos contra múltiples enfermedades.
En palabras del The Pulse Program, "entrenar las mitocondrias es invertir en una vida más larga, más saludable y con mayor energía".