Una huella genética del paso del tiempo.
Una huella genética del paso del tiempo.

Nuevo marcador epigenético permite rastrear el envejecimiento de la sangre y su impacto en enfermedades

|23 mayo 2025

Científicos del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona, en colaboración con otros centros europeos, han identificado un nuevo marcador epigenético que actúa como una especie de “código de barras” capaz de rastrear cómo envejece la sangre a partir de los 50 años.

El hallazgo ha sido publicado recientemente en la revista Nature Aging y representa un avance significativo en la comprensión de los mecanismos del envejecimiento.

Este marcador permite analizar la diversidad genética de las células madre hematopoyéticas, responsables de la producción de todas las células sanguíneas. Con el paso de los años, estas células van perdiendo variabilidad, un fenómeno asociado a un mayor riesgo de enfermedades como la leucemia, infecciones y trastornos inmunológicos.

¿Por qué la sangre envejece de forma silenciosa?

Según los investigadores, el envejecimiento de la sangre no siempre da señales visibles en etapas tempranas. Sin embargo, los cambios moleculares que ocurren en las células madre sanguíneas pueden tener consecuencias a largo plazo.

“A partir de los 50 años, observamos una caída progresiva en la diversidad genética de estas células, lo que podría comprometer la capacidad del sistema inmunológico”, señala Ben Lehner, uno de los líderes del estudio en el IRB Barcelona.

 Científicos descubren una ventana al futuro del envejecimiento saludable. Foto: composición GLR/difusión

Científicos descubren una ventana al futuro del envejecimiento saludable. Foto: composición GLR/difusión

Este “código de barras” se obtiene mediante el análisis epigenético de las células madre, permitiendo identificar con precisión cómo ha evolucionado el tejido sanguíneo en una persona y predecir posibles riesgos.

Aplicaciones clínicas: diagnóstico temprano y medicina personalizada

El descubrimiento tiene implicaciones directas en el diagnóstico temprano de enfermedades relacionadas con el envejecimiento. Esta herramienta podría integrarse en revisiones médicas rutinarias para detectar alteraciones antes de que se manifiesten clínicamente.

Además, abre nuevas posibilidades en medicina personalizada, ajustando tratamientos a las características específicas del envejecimiento celular de cada paciente. “Conocer el estado de nuestras células sanguíneas podría cambiar la forma en que prevenimos y tratamos enfermedades crónicas”, afirma Lehner.