El azúcar, omnipresente en la dieta moderna, se ha convertido en uno de los principales factores de riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles. Entre los más alarmantes hallazgos científicos recientes, destaca la relación directa entre el consumo de bebidas azucaradas y el aumento del riesgo de padecer cáncer de colón a edades tempranas.
Un estudio publicado en Gut (2021), revista especializada en gastroenterología, reveló que las mujeres que consumían dos o más bebidas azucaradas al día duplicaban el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer antes de los 50 años.
El vínculo entre la inflamación y el cáncer
Según Colsalud, el exceso de azúcares añadidos desencadena procesos inflamatorios en el cuerpo, elevando marcadores como la proteína C reactiva (PCR). Esta inflamación de bajo grado puede mantenerse en el tiempo y favorecer un entorno propicio para el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo varios tipos de cáncer.

La OMS recomienda reducir el consumo de bebidas azucaradas. Foto: composición GLR/difusión
En particular, el intestino grueso, constantemente expuesto a sustancias inflamatorias a través de la dieta, se convierte en blanco frecuente de estas alteraciones celulares.
Bebidas azucaradas: más allá de las calorías
Lejos de ser simples refrescos inofensivos, las bebidas azucaradas concentran una carga glucémica capaz de alterar el metabolismo desde la primera lata. Un estudio del Journal of Clinical Nutrition demostró que incluso una sola porción diaria de gaseosa eleva significativamente los niveles de insulina y ácido úrico, ambos relacionados con procesos inflamatorios.
“No se trata solo del exceso de calorías, sino del efecto inflamatorio que genera el azúcar en nuestro sistema”, advierte la nutricionista Javiera Cornejo, especialista en salud integrativa.
Reducir el consumo de azúcares añadidos es una de las medidas más efectivas para prevenir enfermedades a largo plazo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que estos no superen el 5% del total de calorías diarias. Reemplazar las bebidas azucaradas por agua, infusiones naturales o jugos sin endulzar puede tener un impacto positivo inmediato en el bienestar general.