Las despedidas nos conectan con lo más humano y dicen mucho de nosotros.
Las despedidas nos conectan con lo más humano y dicen mucho de nosotros.

¿Por qué las despedidas conmueven tanto? Psicólogos explican el impacto emocional de decir adiós

| 05 abril 2025

Las despedidas públicas, ya sea a través de una carta compartida en redes sociales o una última gira musical, tocan fibras sensibles. El artículo “Necesitaba despedirme”, publicado en el portal de la Universidad Científica del Sur, ilustra cómo compartir una despedida puede convertirse en un acto de sanación colectiva.

Según la psicóloga clínica Mariana Salazar, “decir adiós públicamente permite procesar emociones no solo de forma individual, sino también en comunidad”.

Los seres humanos necesitamos rituales de cierre. Así como los funerales o graduaciones simbolizan el fin de una etapa, las despedidas públicas también cumplen una función terapéutica. “El acto de despedirse públicamente legitima el dolor, y permite reconocer la importancia del vínculo que se termina”, añade Salazar.

El arte de cerrar ciclos emocionales

La gira de despedida de Lupita D’Alessio en Estados Unidos no fue solo un evento musical, sino un momento de catarsis tanto para la artista como para sus seguidores. “Cuando un ídolo se despide, el público no solo sufre su ausencia; también revive momentos personales ligados a su música”, explica el psiquiatra Carlos León de la Universidad de Barcelona.

¿Por qué nos cuesta tanto despedirnos? Foto: Freepik

¿Por qué nos cuesta tanto despedirnos? Foto: Freepik

Estudios de la American Psychological Association indican que los actos públicos de despedida ayudan a reforzar la identidad personal y colectiva. Se vuelven espacios donde la nostalgia, el agradecimiento y la tristeza pueden coexistir sin ser reprimidas. Y en tiempos de redes sociales, ese acto se multiplica en alcance y significado.

Decir adiós es un acto de amor

A nivel psicológico, una despedida bien hecha es una forma de autocuidado. No huir del cierre, sino enfrentarlo con palabras, gestos o arte, es clave para avanzar. La carta anónima que decía “Necesitaba despedirme” es solo un ejemplo más de cómo una voz puede resonar en miles. Porque, como afirman los expertos, despedirse bien es también una manera de amar.