A partir de los 30 años, el metabolismo comienza a desacelerarse de forma natural. Según nutricionistas y Centrum, esta etapa suele coincidir con una mayor exposición al estrés, cambios hormonales y una disminución en la capacidad del cuerpo para absorber ciertos nutrientes esenciales.
Esto puede traducirse en fatiga, debilidad muscular, alteraciones en la piel y mayor riesgo de enfermedades crónicas si no se toman medidas preventivas.
Las vitaminas, al ser micronutrientes fundamentales para las funciones biológicas, juegan un papel clave en el mantenimiento de la salud a largo plazo. Una alimentación equilibrada y, en algunos casos, la suplementación estratégica pueden marcar la diferencia.

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Vitaminas clave a partir de los 30
Vitamina D: la aliada del sistema óseo e inmunológico
La vitamina D es esencial para la absorción del calcio y la salud ósea, pero también desempeña un papel crucial en la modulación del sistema inmunológico. Según Centrum, muchas personas presentan niveles bajos de esta vitamina debido a la falta de exposición solar o dietas pobres en alimentos como pescados grasos y yema de huevo.
Complejo B: energía, metabolismo y sistema nervioso
Las vitaminas del grupo B (especialmente B6, B9 y B12) están involucradas en la producción de energía y la función cerebral. La B12, por ejemplo, ayuda a prevenir la anemia y mantener las neuronas sanas. En personas mayores de 30, la absorción de B12 puede verse comprometida, especialmente en quienes siguen dietas vegetarianas o veganas.
Vitamina C: defensa antioxidante y salud de la piel
Con propiedades antioxidantes, la vitamina C ayuda a proteger las células del daño oxidativo y favorece la producción de colágeno, importante para la piel, encías y vasos sanguíneos. También refuerza el sistema inmunológico.
Vitamina E: protección celular
Conocida por su capacidad antioxidante, la vitamina E contribuye a la salud de la piel y previene el envejecimiento prematuro de las células. Un artículo de ScienceDirect sobre metabolismo vitamínico destaca su efecto protector frente a enfermedades cardiovasculares.

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Ante de incluir suplementos vitamínicos a tus dietas debes consultar con un especialista. Foto: composición GLR/difusión
¿Cómo incorporar estas vitaminas?
Aunque una dieta balanceada puede cubrir muchas de estas necesidades, factores como el ritmo de vida acelerado, el estrés o problemas digestivos pueden justificar el uso de suplementos. Los expertos aconsejan acudir a un médico o nutricionista antes de iniciar cualquier régimen vitamínico.
Alimentos como vegetales de hoja verde, frutos secos, pescados, frutas cítricas y huevos son ricos en estas vitaminas. En muchos casos, suplementos multivitamínicos como los recomendados por Centrum pueden ayudar a complementar deficiencias puntuales.