El hígado graso o esteatosis hepática es una de las enfermedades metabólicas más frecuentes y preocupantes del siglo XXI. Afecta al 25% de la población mundial, según la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), y muchas veces se desarrolla sin síntomas visibles hasta que provoca daños severos.

Conoce las infusiones que te pueden aliviar los dolores producidos por el mal cuidado del hígado. Foto: composición GLR/difusión
Esta condición ocurre cuando se acumula grasa en las células hepáticas, muchas veces vinculada al sedentarismo, mala alimentación o resistencia a la insulina.
La estevia: más que un edulcorante
Según Hola.com, diversos estudios recientes señalan a la estevia como una planta con propiedades antioxidantes que podrían ayudar a proteger el hígado del daño oxidativo. “Gracias a sus compuestos fenólicos, la estevia ayuda a reducir la inflamación y el estrés celular que favorecen la acumulación de grasa hepática”, explica el nutricionista clínico Dr. Carlos Méndez.
Empresas como Laboratorios Bagó también destacan en su blog que los cambios de hábitos alimenticios —incluyendo plantas antioxidantes como la estevia— son clave para prevenir y tratar el hígado graso sin necesidad de fármacos, especialmente en las fases iniciales.

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¿Qué plantas antioxidantes ayudan a prevenir el hígado graso?
El toronjil (Melissa officinalis) es una planta medicinal reconocida por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, que ayudan a reducir el estrés oxidativo y la inflamación en el hígado, factores clave en el desarrollo del hígado graso. Su consumo en infusión o cápsulas puede contribuir a la protección y regeneración de las células hepáticas, favoreciendo la salud del hígado y previniendo la progresión hacia la cirrosis.
Otras plantas beneficiosas para el hígado incluyen el cardo mariano (Silybum marianum), que contiene silimarina, un potente antioxidante que protege y regenera las células hepáticas; el diente de león (Taraxacum officinale), que facilita la desintoxicación y reduce la inflamación; y la carqueja (Baccharis trimera), que disminuye la acumulación de grasa en el hígado y combate el estrés oxidativo.