¿Placer o culpa? La delgada línea de la alimentación emocional.
¿Placer o culpa? La delgada línea de la alimentación emocional. Foto: IA

Comer sin culpa: el truco de nutricionistas para no subir de peso

| 19 abril 2025

Las celebraciones, vacaciones y fines de semana suelen convertirse en momentos de excesos que luego arrastran sentimientos de culpa. Pero, ¿es posible disfrutar de la comida sin miedo a subir de peso? Los nutricionistas coinciden: sí, siempre que se adopte una relación más saludable con los alimentos.

"No se trata de prohibir, sino de aprender a escuchar al cuerpo”, afirma la dietista Andrea Dunn, de la Clínica Cleveland.

Hacer ejercicio puede ayudarte a regular el apetito, según expertos en nutrición. Foto: composición GLR/difusión

Hacer ejercicio puede ayudarte a regular el apetito, según expertos en nutrición. Foto: composición GLR/difusión

Comer sin culpa no implica comer en exceso, sino con presencia. La clave está en dejar de lado los extremos —la restricción rígida y el descontrol total— y reemplazarlos por hábitos sostenibles.

Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, pequeños cambios en el estilo de vida, como priorizar frutas, proteínas magras y reducir las porciones, tienen un gran impacto en el peso y la salud a largo plazo.

El truco nutricional que sí funciona: conciencia y estrategia

Durante las fiestas o salidas, muchos piensan que “ya está todo perdido” y caen en atracones. Aquí entra en juego un truco respaldado por nutricionistas: la planificación anticipada. “Si sabes que irás a una reunión, asegúrate de no llegar con hambre extrema”, recomienda la especialista en nutrición deportiva Marina Roussel, citada por Men’s Health España.

Comer algo ligero y saciante antes del evento —como un batido de proteína o yogur con semillas— puede ayudarte a tomar decisiones más conscientes.

Además, practicar el mindful eating o “alimentación consciente” se ha vuelto una estrategia poderosa. Esto implica comer lentamente, sin pantallas ni distracciones, saboreando cada bocado. De acuerdo con Medical News Today, este enfoque reduce el consumo excesivo, mejora la digestión y ayuda a reconectar con las señales de hambre y saciedad.

La psicología detrás del ‘comer sin culpa’

No solo el cuerpo importa: la mente también influye en cómo comemos. Varios estudios indican que cuando una persona siente culpa por comer algo “prohibido”, es más propensa a descontrolarse luego. “Los alimentos no tienen moral: no son buenos ni malos. Lo importante es el contexto y la frecuencia”, afirma la psicóloga nutricional Susan Albers.

Adoptar una perspectiva más flexible, donde caben todos los alimentos en equilibrio, reduce la ansiedad y previene episodios de alimentación emocional. Esto, a su vez, mejora el bienestar general y la autoestima relacionada con la imagen corporal.

Consejos prácticos para comer con equilibrio y bienestar

  1. Planifica tus comidas: organiza tu día y evita llegar con hambre extrema a eventos sociales.
  2. Incluye proteína en cada comida: ayuda a mantenerte saciado por más tiempo.
  3. Muévete a diario: incluso caminar 30 minutos mejora el metabolismo y regula el apetito.
  4. Permítete disfrutar: si quieres un postre, cómelo sin culpa y sin excesos.
  5. Bebe agua con frecuencia: muchas veces se confunde sed con hambre.