Aprovechar el tiempo libre para moverse es una gran idea, y si estás cerca del mar, mejor aún. Practicar deporte al aire libre no solo mejora el estado físico, también permite absorber vitamina D y reducir el estrés. Según Felipe Salazar, entrenador personal del gimnasio Lume, entrenar en la playa tiene un valor añadido gracias al entorno natural y la inestabilidad del terreno.
Actividades como correr, nadar o hacer yoga sobre la arena ayudan a trabajar la fuerza, el equilibrio y la coordinación muscular. Además, la arena blanda obliga a que el cuerpo active más músculos, lo que se traduce en un mayor gasto calórico y en un entrenamiento más exigente sin necesidad de aumentar la intensidad.
Beneficios físicos de entrenar en la playa

Si estás buscando una forma diferente y efectiva de ejercitarte, la playa puede ser tu mejor gimnasio natural.
El principal beneficio de entrenar en la playa está en el suelo: la inestabilidad de la arena hace que se activen músculos profundos que normalmente no usamos en superficies firmes. Por ejemplo, correr o caminar descalzo sobre la arena fortalece los pies y mejora el equilibrio. Además, ayuda a tonificar las piernas y el core, ya que cada paso exige un esfuerzo extra para estabilizar el cuerpo.
Otras disciplinas como el yoga, el pilates o el pádel surf también sacan ventaja del entorno natural. La actividad física en la playa puede mejorar la capacidad pulmonar (al nadar), aumentar la resistencia (al correr en arena seca) o incluso promover la socialización (en deportes como fútbol, palas o voleibol). Y si se practica con regularidad, mejora la postura, reduce el estrés y potencia el bienestar general.
El entrenamiento más natural

El contacto con la naturaleza, el aire libre y el sol ayudan a liberar tensiones acumuladas.
Si estás buscando una forma diferente y efectiva de ejercitarte, la playa puede ser tu mejor gimnasio natural. Según expertos, entrenar sobre arena implica un mayor gasto calórico, ya que el cuerpo necesita más esfuerzo para realizar los mismos movimientos. Esto significa que en menos tiempo puedes lograr mejores resultados físicos, fortaleciendo músculos y articulaciones sin tanto impacto.

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Además, el contacto con la naturaleza, el aire libre y el sol ayudan a liberar tensiones acumuladas. Deportes como nadar, jugar al spikeball, correr o simplemente caminar descalzo en la orilla son opciones accesibles y efectivas. Recuerda siempre usar protector solar, hidratarte bien y evitar las horas de máximo calor. Tu cuerpo, mente y salud te lo van a agradecer.