Durante años, se ha creído que una mayor ingesta de proteínas, combinada con entrenamiento de resistencia, conduce a un aumento significativo de la masa muscular. Sin embargo, una investigación reciente pone en duda esta creencia, sugiriendo que consumir más proteínas no necesariamente se traduce en mayores ganancias musculares.

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¿Ingerir más proteínas no incrementa la masa muscular? Estudio científico desmiente el mito
El estudio, publicado en el American Journal of Physiology-Endocrinology and Metabolism, fue llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Illinois.

Análisis del comportamiento en el cuerpo humano en base la ingesta de proteína a través de diferentes fuentes que contienen este elemento. Foto: American Journal of Physiology
La investigación involucró a 50 adultos de mediana edad con un índice de masa corporal promedio de 27,2 kg/m². Los participantes fueron divididos en dos grupos: uno con una ingesta proteica moderada (aproximadamente 1,0 g por kg de peso corporal al día) y otro con una alta ingesta de proteínas (aproximadamente 1,6 g por kg de peso corporal al día). Ambos grupos realizaron sesiones de entrenamiento de resistencia tres veces por semana durante un periodo de 10 semanas.
Al terminar el estudio, se observaron incrementos en la fuerza y una ligera ganancia de peso corporal en ambos grupos. Sin embargo, no se hallaron diferencias significativas en la fuerza muscular o en el aumento de masa muscular entre los grupos con diferentes niveles de ingesta proteica.
El grupo con ingesta moderada de proteínas subió en promedio 1,3 kg de peso, mientras que el grupo con alta ingesta proteica aumentó 1,5 kg, siendo este incremento principalmente en masa magra. Estos hallazgos sugieren que el entrenamiento de resistencia por sí solo es el principal factor en el aumento de la fuerza muscular y la masa magra, independientemente de la cantidad de proteínas consumidas.
Además de evaluar la masa muscular y la fuerza, los investigadores analizaron biomarcadores de salud, como glucosa en sangre, presión arterial y niveles de lípidos plasmáticos. No se observaron cambios significativos en estos indicadores, lo que indica que una mayor ingesta de proteínas no tuvo un impacto adverso ni beneficioso adicional en estos parámetros de salud.