Un nuevo avance científico ha captado la atención del mundo médico: un dispositivo desarrollado por investigadores en Corea del Sur que permite regenerar huesos fracturados directamente durante la cirugía. Esta herramienta, visualmente similar a una pistola de silicón, ofrece una solución precisa, adaptable y rápida para intervenir fracturas de alta complejidad. Su diseño compacto y ergonómico permite que el cirujano aplique manualmente un compuesto moldeable sobre el hueso dañado, alcanzando un nivel de personalización sin precedentes.
¿Quién está detrás de esta innovación médica?
El desarrollo fue liderado por el profesor Jung Seung Lee y su equipo en la Universidad de Sungkyunkwan, y fue publicado en la revista científica Device. Según el artículo, la tecnología emplea un mecanismo de extrusión manual que permite ajustar el biomaterial directamente sobre la lesión ósea, moldeándolo al momento. Esta precisión supera ampliamente a los métodos tradicionales que dependen de implantes rígidos o piezas preformadas, muchas veces incompatibles con las particularidades del hueso fracturado.
¿Qué material regenera los huesos en tiempo real?
Uno de los pilares del sistema no es solo el dispositivo, sino también el innovador material de relleno. Este está compuesto por hidroxiapatita, un mineral que forma parte natural del esqueleto humano, y policaprolactona, un polímero biocompatible y biodegradable. Juntos forman una sustancia capaz de ocupar el espacio de la fractura y estimular el crecimiento del tejido óseo nuevo. Tras su aplicación, se observó que el material promueve la migración celular y favorece la regeneración sin generar rechazos ni complicaciones severas.

El desarrollo fue liderado por el profesor Jung Seung Lee.
¿Qué resultados ha mostrado esta tecnología en fracturas óseas?
Durante las pruebas en modelos animales, particularmente en conejos con fracturas complejas de fémur, los resultados fueron contundentes. En solo 12 semanas, los especímenes tratados con esta tecnología mostraron una recuperación estructural y funcional significativamente más rápida que los tratados con cemento óseo convencional. Las imágenes radiológicas confirmaron que el compuesto se integraba sin complicaciones y que el hueso nuevo se formaba de manera uniforme y saludable.
¿Cuál es el impacto en el tratamiento de huesos con daños severos?
Más allá de su aplicación en fracturas traumáticas, esta tecnología tiene el potencial de ser utilizada en procedimientos reconstructivos tras daños severos por tumores, infecciones o malformaciones congénitas. La flexibilidad del sistema permite añadir otros compuestos bioactivos como hormonas o factores de crecimiento, lo que abre la puerta a nuevas posibilidades en medicina regenerativa. Esta versatilidad convierte al dispositivo en una herramienta adaptable a distintos escenarios clínicos.
¿Qué desafíos quedan antes de su uso clínico generalizado?
Aunque los resultados preclínicos son prometedores, aún queda camino por recorrer. El equipo liderado por Lee reconoce la necesidad de validar la tecnología en humanos y adaptarla a los protocolos quirúrgicos internacionales. La siguiente fase contempla ensayos clínicos más avanzados, mejoras en la maniobrabilidad del dispositivo y ajustes en el rendimiento del biomaterial. Si se confirman los resultados en humanos, esta tecnología podría convertirse en un nuevo estándar en la cirugía ortopédica moderna.
¿Cómo cambia esta innovación el futuro de la medicina?
La mayor fortaleza de este avance radica en su capacidad de adaptarse en tiempo real al entorno quirúrgico. Al eliminar la necesidad de piezas prefabricadas o impresiones 3D previas, se reducen los tiempos operatorios y se incrementa la precisión en cada intervención. Esta innovación representa no solo un avance técnico, sino un nuevo enfoque sobre cómo entender y tratar el hueso como un tejido vivo, moldeable y en constante evolución.













